La galaxia rosa

Fecha de publicación27 Abril 2024
Se habla mucho de ellos, pero poco se sabe. El Foro de São Paulo y el Grupo de Puebla fueron protagonistas y son herederos de la llamada "marea rosa" de gobiernos de izquierdas que se extendió por la región a principios del milenio. Mientras que gobiernos afines a estos espacios han marcado la pauta de la región durante las últimas dos décadas, también lo ha hecho una erosión dramática de la institucionalidad democrática. Ambos fenómenos están estrechamente entrelazados.



Los actores de la primera marea rosa se han convertido en una galaxia rosa que hoy en día comprende actores, instituciones y asociaciones de izquierda que, detrás de una fachada progresista, socavan los principios de la democracia liberal. El Foro de São Paulo, hoy la organización de partidos políticos con más gobiernos en América Latina y el Grupo de Puebla, un grupo de activistas de izquierdas, son solamente dos de varias instituciones de la galaxia rosa. También cabe mencionar el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) como difusor de comunicados y publicaciones académicas altamente sesgadas y la Internacional Progresista (Progressive International) que conecta las organizaciones de izquierda latinoamericana con sus pares fuera de la región. Si bien en todas estas constelaciones se unen estrellas democráticamente legítimas con planetas autoritarios, son claramente estos últimos quienes las dominan. Así, la galaxia rosa forma una plataforma de apoyo para dictaduras. Destaca particularmente el rol central que sigue desempeñando Cuba en este contexto. La Habana es una especie de vaticano socialista, un elemento unificador cuyos dogmas no se cuestionan.



La galaxia rosa funciona en algunos ámbitos según la lógica de un partido transnacional de izquierda autoritaria. Comparte una base ideológica sólida, tiene canales de coordinación formalizados e institucionalizados y un instinto corporativo del poder. Su extensa red de personas y organizaciones le sirve tanto para apoyarse mutuamente vía cartas de apoyo, para interceder en conflictos con la justicia o para apoyar candidaturas afines en organismos internacionales. Se opone al "neoliberalismo" y al "imperialismo" desde los Estados Unidos. Rechaza la concepción de la democracia liberal y exige su reemplazo por una democracia más "radical" o "participativa". Es muy hábil para difundir sus narrativas. Una de ellas es el llamado "lawfare", una supuesta persecución política contra líderes de izquierda como la expresidenta argentina...

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