La gente quiere algo más que decidir entre candidatos y listas electorales

Cada vez son más los países que incorporan mecanismos de democracia directa en sus constituciones y, sobre todo, cada vez hay más ciudadanos en el mundo que exigen y proponen su uso, afirmó la socióloga uruguaya Alicia Lissidini, Ph.D en investigación en ciencia política por Flacso (Sede México). La entrevistada, docente de la Universidad Nacional de San Martín en Buenos Aires, disertará en el IV Foro Global de Democracia Directa a realizarse esta semana -del 14 al 16 de noviembre- en Montevideo organizado por el Initiative y Referendum Institute Europe y la Asociación Uruguaya de Ciencia Política. Este evento cuenta con el auspicio de la Embajada Suiza en Uruguay, entre otros. A continuación un resumen de la entrevista.-¿A qué se le denomina democracia directa (DD) actualmente?-Hay un largo debate en la literatura académica y jurídica respecto a qué mecanismos están comprendidos en el concepto de democracia directa. Si bien varios autores hablan de democracia indirecta o de democracia semidirecta para referirse a la iniciativa de los ciudadanos y el referéndum, prefiero el concepto estadounidense clásico de "direct democracy". Pero, a diferencia de algunos colegas, yo agrego otros mecanismos que amplían la propuesta minimalista original: la obligación de convocar a consultas populares para refrendar las reformas de las constituciones y la potestad de los ciudadanos para presentar iniciativas de proyectos de ley directamente al Parlamento. En síntesis, incluyo toda consulta popular -ya sea para reformar la constitución, derogar o aprobar una ley y revocar un mandato- independientemente de quien la convoque, así como las iniciativas legislativas propuestas por los ciudadanos.-¿Cuáles son los beneficios que ofrece la DD?-La ventaja más importante es que permite incluir nuevos temas propuestos por los ciudadanos en el debate público y, eventualmente, en la legislación de un país. Esto contribuye a que la gente se acerque a la política. Otro aspecto positivo es que aumenta la posibilidad de que la ciudadanía controle las decisiones de sus representantes en el gobierno, por ejemplo cuando utilizan el mecanismo de la iniciativa popular para derogar una ley que no goza del apoyo de la gente o para legitimar la aprobación de una normativa. También la revocatoria de mandato constituye un mecanismo de control -vertical, por cierto- pues los ciudadanos tienen la posibilidad de ratificar o revocar las autoridades electas, como ocurrió en Bolivia y Venezuela, con los presidentes Evo Morales y Hugo Chávez.-¿Los mecanismos de DD no implican algunos riesgos para el sistema democrático?-Sí, hay riesgos cuando las consultas populares son convocadas o iniciadas por el Poder Ejecutivo, pues promueven una democracia delegativa, que refuerza el poder del presidente a costa de otros mecanismos de representación como los partidos políticos y las organizaciones sociales autónomas. Por eso, Uruguay está en la senda correcta al no contemplar en su carta constitucional esa posibilidad pues aleja los peligros de que la consulta popular, ya sea con el nombre de plebiscito o de referéndum, sea usada en forma inapropiada. El caso más claro es el de Venezuela, donde el gobierno se vale de este mecanismo para perpetuarse en el poder.-¿En qué medida los instrumentos de DD...

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