Sin gobierno y sin mensaje

La secuencia desemboca en una genérica afirmación de que así se construye la convivencia. Y culmina con el nombre de la institución que promueve el aviso: Presidencia de la República.Sabemos que, apoyándose en la ley que hizo votar a sus disciplinados legisladores, el gobierno tiene hoy la facultad de apropiarse del tiempo emisor de los medios. Ese privilegio es de más que discutible constitucionalidad. Pero resulta el colmo un colmo más que se lo utilice para poner en el aire la nada mal dialogada.Reproducir lenguaje de entrecasa remedando guarangadas es contribuir a la ineducación que ya sufrimos. Darle jerarquía de mensaje al vacío conceptual es reforzar un modo de andar por la vida que solo puede conducir a formar una masa inerte.En una época dominada por el relativismo, la inmediatez y el desenfreno, y con muy poco espacio para la sensatez, resulta necesario y urgente restablecer relaciones humanas basadas en valores firmes y orientadas hacia metas elevadas. Sí: hace falta que nos encontremos para construir pensamiento y acción sustentables, y eso solo se logra a partir de principios. ¡Y los principios se establecen llamando a la ciudadanía a reflexionar y no usando el poder presidencial para hacer ejercicios colectivos de hipnosis!Por cierto, esa campaña desabrida refleja muy bien al gobierno que la monta, el cual ni gobierna ni imprime mensaje. Gobernar es orientar, decidir e inspirar: eso es lo que no hace el equipo actual, formado con ministros que no responden con su cargo ante la ciudadanía.Sobre ese cuadro de fondo, montar...

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