La 'guerra' por la sucesión del Papa

Un mayordomo arrestado, un banquero defenestrado, un libro que saca a la luz documentos confidenciales sobre conjuras palaciegas, negocios turbios, intrigas propias de Agatha Christie en el corazón del gobierno central de la Iglesia.Esos son algunos de los ingredientes que, en tan solo dos semanas, revolucionaron una Santa Sede ya escandalizada desde hace meses por las filtraciones del "VatiLeaks".El reciente arresto de Paolo Gabriele, mayordomo personal de Benedicto XVI, no hizo más que terminar de sumir al Vaticano en un profundo desconcierto y en un agitado clima de sospechas y acusaciones.Gabriele tenía en su poder documentos clasificados revelados por el "VatiLeaks", esa serie de peligrosas revelaciones que deja cada vez más al descubierto una lucha de intrigas que sacude al entorno del Papa y que es, de hecho, una verdadera guerra entre dos grupos por la sucesión papal, en vista del cónclave que deberá elegir al delfín de Benedicto XVI, de 85 años y anímicamente golpeado por lo que pasa a su alrededor.Es, en definitiva, una pulseada por el poder, en la que se mezclan cuestiones financieras, ambiciones personales, viejos conflictos, conexiones con lo peor de la política local y que está protagonizada, en su mayoría, por cardenales de origen italiano -algo desmentido por el Vaticano. Es, de hecho, una "guerra italiana".Mientras arrecia la caza de los "cuervos" -los responsables de la fuga de noticias-, la Santa Sede intenta apagar el incendio y sacar esta guerra, ya casi pública, de la vista de miles de millones de fieles en todo el mundo.Como sucede cuando surge una crisis en el Vaticano, el padre Federico Lombardi, el vocero, comenzó a dar partes de prensa. Los usa para desmentir las crónicas que aparecen en los medios, que indican que "Paoletto" -el mayordomo, de 46 años, tres hijos y con antecedentes de hombre devoto- sólo habría sido el ejecutor de un maquiavélico plan diseñado en esferas mucho más altas, que incluyen a algunos cardenales, los máximos colaboradores del Papa.Esta presentación esquemática de los hechos -que seguramente refleja a medias la realidad- habla de dos facciones. Una es ciegamente fiel al cuestionado secretario de Estado, Tarcisio Bertone, número dos del Papa, de 77 años, cuya cabeza querrían ver rodar los "cuervos", que lo consideran el culpable de la deriva de la barca de Pedro.La otra es muy antagonista de la primera y responde a la vieja escuela diplomática, liderada por el decano del Colegio Cardenalicio y ex potente...

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