Miguel Herrera Zorrilla, un artista que logra golpear en las ideas

Una exposición de escultura en madera y chapa de Miguel Herrera Zorrilla se mantiene habilitada hasta fin de mes en la Bohemian Gallery (ex Tajamar de Carrasco), en la esquina de Lieja y Divina Comedia, de 10 a 19 horas.Como sucede con los libros muy bien editados, las esculturas de Miguel Herrera se disfrutan dos veces. El primer placer es táctil y se produce al tomar contacto con la manualidad que fabricó el objeto. El segundo goce proviene del contenido y enriquece esa sensación inicial con una carga que trasciende la artesanía, fecundándola con el mismo servicio que presta un texto al papel donde está impreso.Conviene observar que en la elaboración de sus obras, Herrera procede de dos maneras: una es la talla en madera y la otra es el ensamblaje de chapas oxidadas, dos recursos que casi siempre combina, respondiendo al carácter de los trabajos que emprende.En la mayoría de los casos consisten en imágenes con relieves, que se asocian a la pintura por colgar del muro y porque el artista las cubre con color, pero son esculturas surgentes por el peso visual que asume su desprendimiento de formas al avanzar en el espacio y por el valor sensible que conserva la huella de la gubia, el cuchillo o el formón.En otros casos se independiza del muro y resuelve piezas de singular interés, como el gran caballo de chapa claveteada que preside la entrada de la galería, o la regocijante cabeza cubista de Homero Simpson con su dinamismo de planos y volúmenes, o bien la hilera de cabezas equinas que forman una notable cresta sobre el panel que ocupa el centro de la sala.Pero a veces, cuando vuelve al destino mural, Herrera se complace en algún alarde artesanal armando la silueta de una...

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