Horneros del turismo

Son muchos los pronósticos acerca de cómo se presentará febrero en materia turística. Casi todos coinciden en señalar que la baja de visitantes extranjeros será mucho más pronunciada que la registrada en enero. No hay que ser vidente ni tarotista para darse cuenta que este verano -como ya lo hemos dicho- no pasará a la historia por batir récords de visitantes extranjeros. Las razones más importantes ya las sabemos: las trabas impuestas por el gobierno argentino, la diferencia de precios entre una y otra orilla del Río de la Plata y la quiebra de Pluna.Es muy uruguayo echar la culpa a otros y no asumir responsabilidades propias. Al menos ha sucedido casi siempre con todos los gobiernos, y el actual no es la excepción; más bien es un ejemplo de lo que no se debería hacer desde el Estado.¿A qué me refiero? A cosas muy puntuales, simples y comprobables por todos. El jueves último se formaron colas de hasta 6 kilómetros de largo en el puente de Fray Bentos. Horas y horas debieron esperar los turistas que volvían a su país. ¿Qué pasó? Lo de siempre, o al menos lo que se registra en cada fecha pico desde que terminó el bloqueo de los puentes. Antes de que comenzara el verano, se anunció con bombos y platillos un plan para agilizar el pasaje de visitantes de un lado al otro. El jueves, el intendente de Río Negro, Omar Lafluf, no ocultaba su indignación. En declaraciones a El País afirmó que "las cosas que no dependen de nosotros para facilitar que los argentinos vengan a Uruguay, nos las tenemos...