IED continúa en niveles elevados

En un contexto global donde la crisis económica está instalada en el mundo desarrollado, y que afecta tanto a Estados Unidos como a Europa, las economías emergentes logran posicionarse favorablemente como receptoras de Inversión Extranjera Directa (IED). Ante escasas oportunidades de inversión en sus países de origen, América Latina se ha perfilado como una de las principales regiones receptoras de IED, donde su crecimiento ha sido el mayor en 2010 en relación a las demás regiones del mundo.En efecto, según los últimos datos disponibles, América Latina captó US$ 112.499 millones en 2010, lo que representa un aumento de 45% respecto al año anterior. Uruguay por su lado, no está ajeno a este fenómeno. Se puede apreciar que la IED ha vivido un boom desde el año 2005, alcanzando en 2010 su máximo histórico, cuando la IED totalizó los US$ 2.355 millones, superando el récord verificado durante 2008 (ver Gráfico Nº 2).El fenómeno de la IED en Uruguay fue impulsado a partir de la aprobación de la Ley de Promoción de Inversiones 16.906 que estipula una serie de beneficios a la instalación de empresas extranjeras en el país, como son el igual tratamiento a las inversiones extranjeras que a las locales, la no existencia de restricciones a las transferencias de capital o utilidades, y la posibilidad de los proyectos de ser elegibles para exoneraciones del Impuesto a las Rentas Empresariales (IRAE), de entre 51% y 100% del monto invertido y otros impuestos. Asimismo, existe otro conjunto de medidas que favorecen la localización de empresas extranjeras en el país, como son el régimen de zonas francas, el régimen de admisión temporaria para las exportaciones y la existencia de un puerto y aeropuerto libre.A partir de la implementación de estas medidas, sumadas a su favorable ubicación geográfica en la región y a su tradicional reputación de estabilidad económica y social, así como a su papel de centro financiero, la IED comenzó a fluir de forma más dinámica al país, acompañando su crecimiento económico.Como contrapartida a esta serie de beneficios que se ofrecen a las empresas extranjeras, las mismas deben cumplir con una serie de objetivos con el fin de captar inversión que sea productiva para el país. Es decir, se busca que las nuevas inversiones cumplan con objetivos de generación de empleo, descentralización, aumento de las exportaciones, incremento de valor agregado nacional, utilización de tecnologías más limpias, incremento de investigación y desarrollo, impacto...

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