La Iglesia tiene números en rojo y Sturla audita el Arzobispado

El nuevo arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, ordenó una auditoria al Arzobispado y nombró como secretario personal a un contador. La situación económica de la Iglesia sumado al crítico estado edilicio de varias parroquias desvela a Sturla.Cuando fue nombrado arzobispo de Montevideo por el Papa Francisco, monseñor Daniel Sturla dijo que quería hablar con los sacerdotes para conocer sus realidades y preocupaciones. Y cumplió. Visitó varias parroquias y organizó distintos encuentros en los que descubrió problemas económicos. Sacerdotes que reciben dinero de sus familias para mantener su parroquia y otros que se ven en la necesidad de "atender varios quioscos". Dan catequesis, hacen retiros, trabajan en la radio, casan y bautizan para poder subsistir.Si no puede ver la infografía, haga click aquíSolo los curas que están en zonas carenciadas reciben dinero del Arzobispado: apenas $1.500. Las parroquia y el sacerdote se mantienen de la comunidad. El problema es que cada vez es más difícil en un país como Uruguay: el más agnóstico de América Latina, con el menor porcentaje de católicos en su población y que tiende a la secularización.Al ser consultado por El País, Sturla no disimuló su preocupación. Reconoció que encontró "un problema económico grande en muchas parroquias", templos en "situaciones muy lastimosas" y comunidades que perdieron fieles, tienen pocos jóvenes y menos niños."Hay sacerdotes que tienen que procurarse por el sustento y al mismo tiempo cubrir situaciones que los sobrepasa. Encontré una cantidad de sacerdotes buenos, entregados y, en general, muy sacrificados", aseguró con orgullo Sturla.El obispo de Minas, Jaime Fuentes, dice que en Uruguay la Iglesia es "pobre de verdad" con recursos que dan para la "supervivencia". "Es normal que el sacerdote ponga de su dinero, si es que dispone de algo, para pagar cuentas. No da para que cobre un sueldo y en la colecta hay varias parroquias que recogen $300. Pasa también que después de celebrar un casamiento, en el que los novios gastan miles de dólares en la fiesta, al cura, en cambio, le dicen `gracias Padre, estuvo muy lindo todo`. Este es otro de los `desafíos` que tenemos en la Iglesia en Uruguay: que todos caigan en la cuenta de su obligación de cooperar económicamente en las necesidades que ella tiene", asegura Fuentes. Sin embargo, a Sturla no solo le quita el sueño la situación económica de las parroquias sino también la de la Arquidiócesis de Montevideo. Por eso, ordenó una auditoria...

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