Una ilustre hija de papá

Mariela Castro, la hija del dictador cubano Raúl Castro, acaba de visitar nuestro país predicando contra la violación de los derechos humanos, esos mismos que su papá viola a diario en la isla caribeña. "Los pueblos no aguantan más la violación de sus derechos humanos", proclamó tan pancha entre nosotros sin que nadie le saliera al paso para preguntarle por la suerte de los presos políticos cubanos y de quienes padecen la dictadura de su padre y su tío Fidel desde hace más de medio siglo.Mariela no es ninguna rebelde con causa sino que integra la "nomenclatura" comunista que gobierna Cuba. Es directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba y diputada en el Parlamento cubano, una acumulación de cargos típica de todo miembro de la dinastía Castro que se precie. Ella participó aquí en una reunión internacional, fue recibida con honores por las autoridades del Frente Amplio y nombrada Visitante Ilustre de Montevideo por la intendenta Ana Olivera, en medio de alabanzas a su labor como defensora de los derechos de las mujeres y la diversidad sexual.Durante su visita hizo declaraciones que ponen en duda la condición de "Ilustre" -ni qué decir de ilustrada- que le atribuyó su correligionaria Olivera. Por ejemplo, en el acto en donde le impusieron ese título, en el teatro Solís, felicitó al gobierno uruguayo por la ley de despenalización del aborto y explicó que en Cuba "se estableció el aborto como un servicio del Sistema Nacional de Salud". Y con un candor rayano en la estupidez añadió en tono didáctico: "No hubo que hacer una ley ya que fue una resolución del Ministerio... tan sencillo como eso: cuando hay voluntad política no hay que complicarse con tantas cosas".Infelizmente nadie la cortó para aclararle que tanta sencillez...