Internas clamaron por ayuda al juez

E. BARRENECHE / P. MELENDREZEl infierno se desató hace dos años. La situación del Hogar Femenino de Paysandú era inaguantable para internas y funcionarios del INAU. Dos menores protagonizaron un combo de excesos: prostitución, drogas, bailes y privilegios.El 16 de febrero de este año, un grupo de adolescentes del Hogar del INAU sanducero envió una carta a la Justicia Penal pidiendo ayuda ante "la violencia" generada por dos internas.Seis meses más tarde, el 10 de agosto, las adolescentes enviaron una segunda carta al Juzgado solicitando protección ante la situación insostenible que se vivía dentro del hogar. Alegaban que no había existido cambios entre una misiva y otra.Al ser citadas por la magistrada actuante, una de las internas declaró que eran maltratadas por las dos denunciadas. "Ellas nos pegan, rompen nuestras cosas, nos amenazan si no las obedecemos", declaró una adolescente según el auto de procesamiento de la jueza Blanca Rieiro, que el sábado 2 procesó con prisión a Julián Rosano (en la cárcel desde septiembre por narcotráfico) y sin prisión a la jefa departamental del INAU, Mónica Innella, por omisión en el cargo.Otra menor señaló en la sede que las internas denunciadas "nos dicen que `nos va a matar a palos, te voy a pisar la cabeza y te voy a hacer la vida imposible`. Ellas hacen y deshacen dentro del hogar. El personal también les tiene miedo".También hay testimonios de amenazas con una navaja. "Ella siempre ha sido como una reina allá adentro. Para mí es una asesina y las dos juntas son algo impresionante", declaró una menor sobre las dos internas que salían a prostituirse.Una funcionaria dijo en el Juzgado que la amenaza con la navaja fue anotada en el cuaderno de novedades e informada a la jefa departamental del INAU, quien contestó que no podía concurrir al hogar.Varias internas coincidieron ante la Justicia Penal que habían informado de ello a los funcionarios, pero que la situación continuaba incambiada.Y.M., una funcionaria del INAU, indicó que todas las internas "estaban corriendo riesgo de diferente tipo e incluso los bebés (allí alojados)" y agregó que solicitó a la Jefatura Departamental del INAU en Paysandú la reubicación de las dos internas peligrosas en otro hogar del instituto.Las menores denunciadas entraban y salían a cualquier hora. No lavaban los platos ni las ollas que utilizaban para cocinar cuando llegaban al hogar por la mañana. Es decir, tenían privilegios.Con el correr de los meses, el miedo también ganó a los...

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