El mercado interno está salvando a la industria de los alimentos envasados

Para el Cr. Juan Pedro Flores, Gerente Comercial de El Trigal y Presidente de la Cámara Industrial de Alimentos Envasados del Uruguay, los proyectos para coordinar esfuerzos y convertirse en "un gran supermercado regional", se dan de frente con la triste realidad del Mercosur."Es cierto que estamos en una situación estratégica ideal para abastecer al mundo de alimentos, pero la coyuntura dista mucho de eso", se lamenta Flores, quien representa a los empresarios de su sector ante la gremial regional. Afirma que los planes trazados en la última reunión de la coordinadora regional del sector "son imposibles de aspirar si no tenemos libertad de transacción entre nosotros mismos".Fundada en San Pablo a mediados de los años noventa, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios del Mercosur (Cipam) agrupa a las gremiales respectivas de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile. Nació con el objetivo de armonizar criterios y buscar alianzas productivas, "todo lo que hoy no tenemos", expresó el empresario uruguayo.Negocios suspendidosEl Mercosur, que tenía como objetivo la libre circulación de bienes y personas, "ha quedado lejos -sostiene- nos tuvimos que olvidar de Argentina como comprador, especialmente en alimentos. Un sector que elabora productos perecederos no puede soportar que por decisión unilateral las mercaderías estén en depósito cuatro o cinco meses, galletitas o alfajores que no entraban a los supermercados argentinos por decisión de Guillermo Moreno (Secretario de Comercio argentino)".Algunas empresas multinacionales del sector, instaladas en ambos países, pueden mantener el flujo comercial entre sus unidades productivas, "pero para los que vendíamos a supermercados como Jumbo, Casino, Grupo Disco, esos negocios se cerraron porque ya no pueden importar", afirmó.Esas empresas, que tienen plantas en ambas márgenes del Río de la Plata, en algún caso "comenzaron a traer panes elaborados en Argentina porque les resulta más barato que el que producen ellos mismos aquí", aseguró. Dice que la harina se puede comprar un 25% más barato en el vecino país."Son las únicas empresas que algo pueden exportar", indicó Flores en relación a las firmas multinacionales instaladas en los dos países. De todos modos, pagan su precio por ingresar a aquel mercado: "les aplican el 1-1 es decir, tienen que exportar por el mismo monto que importan: eso determina que terminen trayendo productos acá que no saben qué hacer con ellos". Subraya que el mecanismo no...

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