Isla Gorriti desde dentro: el paseo, la historia y el trabajo en este clásico destino de Punta del Este

Tatiana Scherz BrenerA unos dos kilómetros de Punta del Este, flotando en medio del mar, hay casi 22 hectáreas de tierra que guardan un pedacito de la historia de nuestro país: la Isla Gorriti. El País paseó entre la arena y los árboles y conversó con funcionarios y conocedores del lugar para descubrir el detrás de escena de este punto icónico del Uruguay.Recorrida.La isla recibe a sus visitantes con un abrazo de rocas y pinos. Tras unos primeros pasos (no se puede entrar con vehículos, así que el paseo es siempre a pie), aparece el primer cartel que indica hacia dónde está la playa y la zona de picnic. Detrás, está la casa de los cuidadores de la isla, por el momento sin huéspedes."Estamos en proceso de cambio porque el hombre que vivía acá se jubiló y su señora se jubila en septiembre, así que vamos a traer a un nuevo matrimonio", explicó Fernando Servetto, director de Aseo Urbano de la Intendencia de Maldonado.Además de los cuidadores, hay personal que trabaja en el mantenimiento de la isla y que también vive en el lugar, pero en otra casa. Son ocho personas que están durante todo el año, pero no siempre están los ocho porque van rotando sus días libres.Por fuera de ellos, nadie puede quedarse a dormir en la isla. Sí se puede ir a la playa, comer en el parador, hacer picnics, pasear entre la naturaleza y conocer los patrimonios históricos. Y lo hace mucha gente: "Están pasando más de mil personas todos los días, incluso gente de Maldonado que no conoce la isla", indicó Servetto. De hecho, él nació en Maldonado y llegó al lugar por primera vez cuando tenía 45 años.En la playa, varias familias y grupos de amigos y amigas disfrutan de tomar sol, bañarse y remar. A medida que se acerca la tarde, van llegando más y más yates que fondean cerca de la orilla. Desde lo alto, el Sol deja la arena híper caliente, y muchos se refugian en el parador, donde se puede almorzar, tomar algo fresco o brindar. También se alquilan sombrillas y sillas de playa.El parador está abierto solamente en verano, pero se puede ir a la isla durante todo el año.El bosque es otro gran atractivo. Entre los árboles corre un aire agradable y el silencio se hace notar con su presencia. Muchos caminan solos, otros acompañados, siempre en calma y sin prisa.Andrés Castro, uno de los funcionarios, contó que hay gente que llega con mucha expectativa, consultando por los almacenes u otras atracciones, y a veces se decepcionan cuando ven que la isla no es eso. De la misma forma...

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