Jhonatan Lima: el aliado de su profesión, la promesa si gana una Libertadores y por qué no se fue de Peñarol

Por Sofía BerardiEn lugar de jugar al fútbol sus padres querían que practicara Taekwondo. En ese entonces fue su abuelo el que pujó para correr atrás de la redonda recién a sus siete años. Pero en aquel momento Jhonatan Lima (23) no era arquero ni evitaba goles, los hacía. Cuando el pedrense se unió al baby La Escuelita ya había guardián de los tres palos y no lo probaron, así que Jhonatan empezó como delantero. En esa posición le fue "mal", dice entre risas, y explica cómo llegó a ser arquero: "Jugaba de vez en cuando y un día faltó el golero en una práctica y desde ahí no salí más".Hasta que un día Peñarol lo vio atajar en la Copa Danone en 2011 y le ofreció unirse al club del que era hincha. Con un poco de pena, porque quería hacer el último año de baby en su club, se sumó a AUFI del mirasol. El primer año los viajes a las prácticas fueron en moto con el abuelo como aliado y conductor. "Tenía la ventaja de que era jubilado por enfermedad y me llevaba y traía todos los días", cuenta sobre el "Chengo", que se hizo conocido por quedarse a ver las prácticas. "Ahí va el abuelo de Lima", decían siempre.Tiempo después sus padres "hicieron el esfuerzo" y compraron un auto, pese a que al final las manos las usó para otro deporte distinto al que querían. "A papá le costó un poco más, pero cuando me citaron a la selección nacional del Sur empezó acompañarme", recuerda Lima, que se define como familiero y a fin de año suelen ir a pescar con un grupo de amigos de su padre .Cuando Jhonatan se unió a Peñarol se encontró con nombres que han dejado su huella: Facundo Torres, Agustín Dávila y Darwin Núñez. "Desde chico se le veían unas condiciones bárbaras, era cuestión de tiempo que pegaran el salto", recuerda sobre el actual delantero del Liverpool de Inglaterra. "A medida que subís de categoría las posibilidades son menores, todos los años viene gente nueva, es difícil llegar. Te das cuenta de algunos que tienen otras condiciones", desarrolla sobre el hecho de esperar a que llegue su momento y el ver cómo otros avanzan.En Quinta empezó a alternar entrenamientos con el primer equipo, pese a que no tuvo muchas oportunidades de defender el arco de la mayor. Aunque no todos atraviesan de la misma manera la frustración y paciencia de idas y vueltas, elegir quedarse y esperar a jugar, Jhona ha resistido este proceso. "Desde chico fui hincha de Peñarol y cuando tenés esa edad disfrutás el mero hecho de estar ahí, entrenando con tus ídolos o los jugadores de...

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