Joseph Birnfeld, director de Metrocall Contact Center: 'A algunos les cuesta 'soltar el bebé''

marcela dobalTiene 54 años y hace 10 tomó un gran riesgo: dejó la empresa familiar donde trabajaba desde niño para abrir un call center de ventas. Joseph Birnfeld omenzó con 10 operadores y una financiera como cliente. Hoy a sus 162 empleados compañías de variados sectores les confían no solo sus ventas sino también la atención al público. Dice que a muchas les cuesta tercerizar este servicio, por lo que además ofrece consultoría (con capacitación y aporte de tecnología). Metrocall Contact Center también realiza encuestas (políticas y de satisfacción) y puede ejecutar hasta 40.000 llamadas automatizadas por día. Birnfeld no terminó Ciencias Económicas, pero hace poco se dio el gusto de volver a estudiar. Está casado y tiene dos hijos.>Antes de incursionar en este rubro trabajó 30 años en la empresa de marroquinería y fabricación de artículos de cuero de su padre. ¿Cómo comenzó y por qué decidió irse?Empecé a los 13 años. Me mandaban a la Plaza Independencia y al muelle donde llegaban los cruceros y con folletos convencía a los turistas de ir a comprar a la tienda. Hablaba inglés y portugués y eso me ayudaba mucho. Después se fueron abriendo sucursales en los shopping y en el Centro, fui encargado de locales, estuve muy vinculado al diseño de marroquinería y regalos empresariales. Recibíamos delegaciones presidenciales y les abríamos igual de noche para atender a toda la comitiva. También a artistas, como Air Supply, Rod Stewart, Maná... Hay muchas anécdotas.Es la edad promedio de los empleados que integran la compañía. "El tiempo de permanencia en los call center suele ser de nueve meses o un año y acá es de tres años", resaltó Birnfeld.¿Su reconversión tuvo que ver con la crisis de la industria?La industria había empezado a achicarse después de la crisis de 2002, se había vuelto un producto muy globalizado y no era tan atractivo comprarlo en Uruguay. Cuando era chico venía un turista y compraba 20 camperas para toda la familia. Hoy las adquiere en cualquier parte del mundo. Acá, en toda esta zona, había 25 casas de cuero, entre Plaza Independencia y Río Negro. Ahora creo que queda una. Cuando me fui, la empresa estaba en problemas. Mi decisión se dio porque quería desarrollar otra cosa y estar preparado por si mañana pasaba lo que pasó en la empresa familiar, que cerró. Quería ya tener un camino hecho de alguna manera por el bienestar de mi familia, de mis hijos y de mis padres. Y no me equivoqué. Muchos me criticaron porque dejaba a mi...

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