Joven no iba armado; dos disparos le dieron muerte

El joven Sergio Lemos falleció el lunes tras recibir dos disparos de bala de un policía en Santa Catalina. Uno de los tiros le impactó en la espalda y otro en la ingle. Testigos señalaron que el policía disparó nueve tiros con una pistola automática.Fuentes del caso señalaron a El País que una de las balas ingresó al cuerpo de Lemos por la región lumbar (espalda) y salió por el ombligo, y que un segundo tiro entró en la ingle y egresó por uno de los glúteos.Es posible que este disparo haya sido de adelante hacia atrás, agregaron las fuentes.La situación judicial del policía es muy comprometida, indicaron las fuentes. El joven ultimado no llevaba arma ni disparó un tiro y, además, se comprobó que no había participado en la rapiña a un pequeño comercio de la zona.La jueza María Elena May-nard tiene tiempo hasta mañana para adoptar una resolución sobre el caso, ya que los cuatro policías fueron detenidos en la tarde de ayer.Como una chispa en un pajar, la tensión en Santa Catalina se inició en la tarde del lunes 4 con una asalto al "Almacén 28", ubicado en la esquina de Víctor Hugo y 24 de Octubre. Minutos más tarde, un policía se acercó al lugar y comenzó a caminar por la calle Víctor Hugo.Al llegar a la esquina, el policía observó que un adolescente se acercaba en moto por Víctor Hugo en dirección a Burdeos.El joven dobló por 24 de Octubre y pasó frente al policía. Este gritó: "¡alto, alto!". El menor aceleró la moto."Yo salía de mi casa con mi hija rumbo al almacén. Observé cuando el joven pasó al lado mío y el policía comenzó a disparar. No vi ningún arma en la mano del muchacho; conducía la moto", dijo a El País el vecino Álvaro Ríos, quien vive a pocos metros donde cayó malherido Sergio Lemos.Ríos atinó a tirarse contra el portón de su casa y protegió a su hija con su cuerpo. "Vi cómo las chispas de las balas impactaban en la calle", dijo.Su esposa, Silvana Silveira, escuchó el primer disparo y enseguida salió al exterior de la vivienda preocupada por lo que le podía pasar a Ríos y a su hija."Me paré en el portón. Frente a mí el policía seguía disparando. Yo le dije que podía matar a mi hija. Él me respondió: "Cállese, señora. No se meta. Es un `chorro"`, relató Silveira a El País.Otros dos testigos que se encontraban en el lugar señalaron que el policía disparó no menos de nueve tiros. "Le dio la voz de alto a Sergio y disparó un primer tiro a la rueda de la moto. Después tiró varias veces. Yo estaba parado al lado del policía cuando comenzó a tirar"...

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