Un joven, un tigre y un naufragio

Un muchacho de 16 años y un tigre de Bengala son los únicos sobrevivientes de un trágico accidente en medio del océano Pacífico. Durante 227 días deben compartir el bote salvavidas.¿Qué puede pasar entre esos dos personajes que justifique primero una novela y después su adaptación al cine? Para el director de El tigre y el dragón, Secreto en la montaña y Sensatez y sentimientos, entre otras películas, en el reducido espacio del bote hay espacio más que suficiente para plantear principios básicos de la existencia humana. Hacia eso apunta con The life of Pi: una aventura extraordinaria, la película que algunas salas están exhibiendo con carácter de preestreno desde ayer.Lo primero está en la necesidad de conseguir lo básico para vivir. Y para quien hizo un ballet de guerreros peleando por encima de las copas de los árboles en El tigre y el dragón, la falta de comida es excusa suficiente para que abunden los peces voladores y el nuevo héroe muestre las habilidades desarrolladas con su familia, cuando eran guardianes de un zoológico en India. Lo siguiente es el aprendizaje de tolerancia entablado entre hombre y bestia, a sabiendas de que se necesitan mutuamente.Pero para el muchacho, esa situación límite lo obliga además a acelerar un proceso de cuestionamientos personales. En eso Life of Pi se enlaza con muchas de las películas realizadas por Ang Lee, teniendo a la pérdida de la inocencia como denominador común. "Creo que todos tenemos ese momento de inocencia perdida cuando tenemos que madurar y crecer, nos guste o no", comentaba el cineasta chino al presentar su nueva película. "En algunas formas queremos ser independientes y desapegarnos de nuestros padres y en otras formas nos negamos a crecer: de alguna manera queremos seguir siendo niños. La gente siempre tiene esa parte infantil dentro. Pero también tenemos que enfrentarnos a las realidades de la vida y madurar. Cuando se hunde el barco es el principio de la lección de Pi sobre el mundo real".Lee ha planteado ese duelo entre inocencia y madurez de muy distintas formas, insistiendo -sobre todo- en que no son compartimentos estancos que un día se abandonan para siempre o se asumen definitivamente. Era lo que pasaba entre los dos protagonistas de Secreto en la montaña, donde el reconocimiento de la homosexualidad suponía la ruptura con un disfraz protector, a su manera un arma inocente, para crecer en la honestidad.En Life of Pi, los pasos hacia la madurez no tienen únicamente un desarrollo físico. Hay...

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