Los jóvenes del mundo pierden su fe en las urnas

Cientos de miles de indios vitorean a un activista rural que está en huelga de hambre. Israel se tambalea ante las mayores manifestaciones de toda su historia. Iracundos jóvenes en España y Grecia toman plazas públicas a lo largo de sus países.Sus quejas van desde la corrupción hasta la falta de viviendas accesibles y el desempleo. Desde el sur de Asia hasta el corazón de Europa y ahora incluso hasta Wall Street, estos manifestantes comparten algo más: desconfianza, incluso desprecio, hacia políticos tradicionales y el proceso político de corte democrático que presiden. Tienen muy poca fe en las urnas."Nuestros padres están agradecidos porque están votando", dijo Marta Solanas, de 27 años de edad, al referirse a las décadas pasadas por españoles mayores bajo la dictadura de Franco. "Nosotros somos la primera generación en decir que el voto no vale nada".La economía ha sido una fuerza motora, al tiempo que la creciente disparidad en los ingresos, el alto desempleo y las reducciones impulsadas por la recesión en el gasto social engendran malestar generalizado. La alienación es particularmente profunda en Europa, con boicots y huelgas que, en Londres y Atenas, estallaron hasta convertirse en violencia.Pero, incluso en India e Israel, donde el crecimiento aún es robusto, los manifestantes dicen que desconfían tanto de la clase política de su país y de su complacencia hacia grupos de intereses establecidos que sienten que solamente un embate sobre el sistema mismo puede producir un cambio real.Jóvenes israelíes movieron a muchedumbres para insistir que sus dirigentes políticos, sin consideración al partido, habían quedado capturados a grado tal por inquietudes de seguridad, grupos ultraortodoxos y otros intereses especiales que ya no podían responder a la clase media del país.En la mayor democracia del mundo, la activista Anna Hazare dejó de comer públicamente durante 12 días, hasta que el Parlamento indio cedió a algunas de sus demandas centrales sobre una propuesta para una medida en contra de la corrupción para llamar a funcionarios públicos a rendir cuentas."Nosotros elegimos a los representantes del pueblo para que ellos puedan resolver nuestros problemas``, dijo Sarita Singh, de 25 años, entre los miles de personas que se reunieron cada día en Ramlila Maidan, donde lluvias monzónicas convirtieron en lodo el suelo pero manifestantes indios ondearon banderas y entonaron canciones patrióticas.Con frecuencia cada vez mayor, ciudadanos de todas las edades...

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