La Justicia en el banquillo

"Esto parece un zoológico". La expresión abatida del funcionario judicial era casi tan contundente como el panorama a su alrededor. Las paredes despintadas, las sillas rotas, el viejo y solemne escritorio tapado de expedientes atados con cuerdas, y los chirriantes gritos que venían del celdario, contribuían a dar una imagen caótica y hasta decadente de lo que debe ser uno de los tres poderes que garantizan la estabilidad democrática del país. En momentos en que, con la salida de los jueces Van Rompaey y Gutiérrez de la Corte Suprema, el Poder Judicial enfrenta uno de los cambios de autoridades más intensos de los últimos años, la inminente modificación del Proceso Penal, y los conflictos políticos desatados por las causas de la dictadura, han vuelto a ponerlo en el centro de la atención ciudadana."Visitar" la sede de un juzgado penal resulta una experiencia marcante. En la inevitable sucesión de horas que deben transcurrir para realizar cualquier trámite ante estas oficinas desbordadas, se puede ser testigo de escenas más propias de algún show bizarro que de la solemnidad de un tribunal de justicia. Un ascensor iluminado por una lánguida lámpara de bajo consumo que cuelga "pelada", los cables enmarañados que salen para afuera de la instalación eléctrica, la puerta despintada con miles de inscripciones entre las que sobresale una que dice "acá la brigada de asalto le rompió el lomo a la delincuencia". Y a esto hay que sumar a los personajes. En la sala de espera dominada por el gran espacio destinado a un extintor de incendios que ya no está, se puede ver de todo. Desde el abogado famoso de reciente paso por un ministerio, hasta el sufrido agente de policía que tanto cumple funciones de seguridad como de traslado de expedientes, al joven esposado de pies y manos con impecable uniforme del Barcelona, como al somnoliento repartidor chino del almacén de la esquina que llega con el pedido de leche y azúcar.Y en general un ambiente de tensión permanente, con familiares de presos que aguardan noticias, agentes que trasladan detenidos entre la gente "común", y jueces que deben ir de sala en sala atendiendo las distintas causas. Algo que ayuda a entender un reciente estudio que reveló que el 90% de los funcionarios penales sufre de problemas físicos por el estrés, y casi un 60% ha sido víctima o testigo de maltratos.En medio de este panorama, la Justicia se aboca a uno de los cambios más profundos de los últimos años, la implementación de un nuevo Proceso Penal...

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