'La libertad también es una prisión'

En La noche más larga, su séptimo disco, Buika continúa rompiendo los muros que rodean al flamenco y la copla y hace su propia versión del clásico Yo vengo a ofrecer mi corazón.ynbsp;El 16 de mayo actuará en vivo en Teatro El Galpón después de su paso por Estados Unidos, donde recibió excelentes críticas.Con una voz ruda y abrumadora, la cantante española descendiente de padres guineanos, aborda el arte desde una perspectiva tan particular que escucharla hablar resulta tan interesante como oírla en disco o sobre el escenario. Pero no sólo se dedica a la música: además es aficionada a la fotografía (porque el ejercicio de fotografiarse desnuda la ayudó a aceptarse a sí misma) y escribe libros. En los próximos días publicará A los que amaron a mujeres difíciles y acabaron por soltarse, un puñado de cuentos, poesías y "solos", esos relatos interiores que vienen a su mente cuando cocina o dobla la ropa. Al público que la sigue embelesado lo considera su "tribu", un espacio ganado desde el mensaje y la presentación de una obra sin pretensiones. A todo le ve el costado mágico, el tiempo suspendido y la cara oculta.-¿Esta vez llegó al estudio de grabación con todo previsto?-Para la locura hay que estar muy cuerdo, con esto quiero decir que ese hipismo y esa manera de hacer las cosas de manera tan aleatoria que tenía cuando era adolescente, se sigue practicando pero desde los riesgos medidos. Como formo parte de la producción estoy desde la primera canción hasta lo último y trato siempre de ser muy profesional y bastante metódica.-Ofreció en Nueva York un concierto muy elogiado. ¿Cómo se sintió?-Nueva York es la casa de todos, yo la tengo como una ciudad de ruido y amor, ahí están representados todos los ciudadanos del mundo. Te aseguro que si existe algún país que no tiene representación en Nueva York es porque no existe. Cuando estás en un lugar así sientes mucha grandiosidad, yo le tengo mucho miedo del rico, es una ciudad que me da susto del sabroso, porque nunca un contrasentido ha sido tan gustoso. Es maravillosa esa ciudad, cuando voy intento estar lo máximo que puedo pero nunca puedo quedarme más de dos o tres días porque ya no oigo mi corazón, al cuarto o quinto día empiezo a dejar ir mi corazón y me asusto, pero la amo.-¿Sigue en busca de su identidad?-Era muy jovencita cuando dejé de buscar mi identidad, no la heredé, no la merecí, no me la gané, no la tuve en esta vida y por las razones que sean no la conozco. De repente un día me di cuenta que...

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