¿Está llegando a un límite el plan de licuadora, motosierra y bicicleta del gobierno de Javier Milei en la Argentina?

Fecha de publicación05 Mayo 2024
Licuadora, motosierra y bicicleta. Esos tres elementos simbólicos son los que ha venido utilizando el gobierno de Javier Milei para pasar de un déficit fiscal financiero equivalente al 6,1% del Producto Interno Bruto (PIB) registrado en 2023 a un superávit del 0,2% del PIB en el primer trimestre de este año. La licuación del gasto público en términos reales frente a la inflación, los recortes que llegan a ser casi totales en partidas como la obra pública y la postergación de pagos le permitieron al gobierno alcanzar su objetivo prioritario, al menos en esta primera etapa: eliminar la emisión de pesos por parte del Banco Central destinada a financiar el déficit del Tesoro.

Con esa estrategia, el gobierno de Milei logró ahuyentar el riesgo de una espiralización de la inflación en Argentina. Sin embargo, el tipo de ajuste con el que se encaró la corrección de las cuentas públicas empieza a exhibir límites.

"En los próximos meses el gasto social deberá recomponerse, la postergación de pagos tendrá que actualizarse y probablemente el gasto en salarios también. Ahora arranca un período en el que el gobierno tendrá una recaudación más alta producto de la liquidación de la cosecha y eso le dará la oportunidad de ir poniéndose al día con los atrasos y la recomposición del gasto social. No obstante, el gran desafío para lograr superávit fiscal primario en todo el año será afrontar la mayor demanda de gastos que se concentra en el último trimestre", dijo a El País Fernando Baer, economista asociado de Quantum Finanzas, en Buenos Aires.

Hasta ahora, gran parte de la reducción del gasto público se logró mediante la actualización de partidas a un ritmo muy inferior al de una inflación que acumula cerca del 100% desde diciembre pasado. En ese proceso de licuación del gasto en términos reales, los jubilados sufrieron la mayor poda: solo entre diciembre y marzo perdieron un 16% de poder de compra. Esa pérdida agravó el panorama de uno de los segmentos de la población históricamente más perjudicados en Argentina.

En mayo, el haber mínimo, que es percibido por casi el 65% de los jubilados, ascendió a 190.141,60 pesos argentinos (unos US$ 185 al tipo de cambio paralelo), a lo que se suma un bono de 70.000 pesos argentinos. En contrapartida, el costo de la canasta básica de los jubilados, conformada básicamente por medicamentos, alimentos y gastos de vivienda, ya en marzo había trepado a 685.041 pesos argentinos, de acuerdo al último relevamiento de la Defensoría de la Tercera...

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