Más corporativismo educativo

El segundo Congreso Nacional de Educación es inoportuno e inconveniente. Inoportuno, porque estamos transitando el último año político de esta administración.Las prioridades que surjan del Congreso no podrán tener traducción concreta entonces antes de que se instale efectivamente una próxima administración que, evidentemente, tendrá una composición diferente a la actual. Inconveniente, porque los problemas de la educación están ya hartamente definidos, y lo que menos precisa el país es seguir acumulando diagnósticos.Así las cosas, el Partido Nacional ya anunció que no participará de esta instancia. El Partido Independiente tampoco asistió a las sesiones ya celebradas para la preparación del Congreso. La Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec), que nuclea a más de 160 colegios y 120 ONG, decidió participar sí, pero ya manifestó su gran preocupación acerca de la lógica definida por las autoridades del Ministerio de Educación de que los aportes de este Congreso tendrán una vinculación "ética y política" acerca del futuro de la educación.La experiencia del primer Congreso en 2006 dejó en claro que se trató de una instancia que favoreció el protagonismo de los sindicatos de la enseñanza, los gremios estudiantiles y el Pit-Cnt. Esta vez, nuevamente, todo el entramado de comisiones organizacionales de asambleas territoriales de zonas urbanas y rurales que promueve cierta participación ciudadana no será más que la legitimación de una militancia corporativa esencialmente vinculada a los sindicatos y organizaciones de izquierda.Porque, ¿quiénes son los que podrán "autoconvocarse"? Aquellos grupúsculos de al menos 10 o 15 personas que tengan tiempo e interés para participar y que, obviamente, no son todos los ciudadanos de la República.La lógica del Congreso es por tanto profundamente antidemocrática. Aquellos que allí participen tendrán mayor peso que los demás ciudadanos: porque votan, como todos, en las elecciones; pero también porque participan con su voz, como si ella valiera lo mismo que las voces de los verdaderos representantes del Pueblo que están legitimados por las urnas en voto secreto y obligatorio.La clave está en entender que este sistema de "participación autoconvocante" pone en pie de igualdad realidades que no son iguales. En una democracia liberal y representativa como la nuestra, quienes ostentan la...

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