La lección magistral de Sophia Loren

De joven era tan pobre que Sofia Villani Scicolone no podía poner un plato de espagueti en la mesa de su madre y su hermana. No conseguía papeles porque su boca era ancha, su nariz larga y su timidez la paralizaba en las audiciones."Fue el momento más triste de mi vida. Si no tienes suficiente para comer, no tienes suficiente energía. No encuentras fuerza", recordó ayer Sophia Loren (Pozzuoli, 1934) durante una lección magistral pronunciada en el Festival de Cannes.Su disertación, una entrevista con una experta italiana de cine combinada con la proyección de algunas de sus escenas más célebres, tuvo lugar en el año en que se cumple medio siglo de una de sus películas más emblemáticas: Matrimonio a la italiana, de Vittorio De Sica y coprotagonizada por Marcello Mastroianni.Al borde de los ochenta años y con más de 75 películas a sus espaldas, dos premios Oscar y una vida de cine, la musa italiana repasó su trayectoria mientras la prensa acreditada se agolpaba para escucharla."La vida no es fácil, es muy dura. Especialmente cuando vives tantos años. No voy a decir mi edad, bueno, todo el mundo lo sabe. Tengo que decir que estoy muy orgullosa de mis ochenta años", comentó Sophia Loren, que será octogenaria en septiembre y compareció resplandeciente con un traje de chaqueta blanco salpicado de cristales en la sala Buñuel del Palacio de Festivales de Cannes.Tras pasar por algunos rodajes como figurante, a veces acompañada por su madre, el reconocimiento le llegó de la mano de Vittorio De Sica, con quien rodó ocho películas, aunque ella reivindica catorce. Corrían los años cincuenta del pasado siglo, días de neorrealismo italiano y películas en blanco y negro. Su primer papel con De Sica, que consiguió charlando con él en napolitano, fue en El oro de Nápoles.Eran también los días en los que los estudios estadounidenses rodaban en Italia porque era más barato que hacerlo en casa. El director y productor Stanley Kramer la vio un día y dijo: "Podemos contratarla, no es tan mala", recordó.Kramer le dio un papel protagonista en Orgullo y pasión, junto a Cary Grant y Frank Sinatra. Así desembarcó en Hollywood una actriz que se ha pasado la vida cruzando el Atlántico, de Los Ángeles a Roma."Ver-güen-za", dice pronunciando marcadamente las sílabas, en italiano, para describir lo que sintió por tener que bailar flamenco en España, en una película rodada en Ávila delante de los mejores bailaores de la época y unos cinco mil extras, entre ellos un joven Adolfo Suárez, dos...

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