Maná sacudió el Centenario con un espectáculo de gran impacto

La banda mexicana cerró su ciclo de conciertos 2011 el sábado en el Estadio Centenario, ante más de 25.000 personas. Tras años de silencio, volvió con un show de gran despliegue escénico, con fuego, luces, pantallas led y plataforma giratoria.El reencuentro con el público uruguayo resultó cálido y sorprendente. Los creadores de Drama y luz apostaron a lo grande con un show cargado de recursos escénicos, sólo comparable a lo que trajo Guns`n Roses también al Estadio Centenario. Hubo de todo, incluyendo una plataforma móvil para el baterista que se lució aún más que en los viejos tiempos con un solo de quince minutos y dos alas mecánicas que aleteaban en el aire.Pero lo que más conquistó al público (que agotó rápidamente las localidades a través de Abitab) fue el montaje de un escenario secundario, ubicado sobre la torre de sonido, hasta donde se trasladó la banda de improviso cuando ya promediaba más de una hora y media de show. Los cuatro desfilaron por una pasarela entre la gente y treparon al estrado que los puso muy cerca de la tribuna Olímpica. Allí subió una mujer de la platea, elegida al azar, que terminó bailando con Fher Olvera Vivir sin aire.El espectáculo fue un cúmulo de emociones gracias a los hits inolvidables que son lo suficientemente sólidos como para superar incluso un silencio de cinco años. Los presentes corearon títulos como Rayando el sol, Oye mi amor, Manda una señal, Te lloré todo un río, En el muelle de San Blas, Se me olvidó otra vez, Eres mi religión, Si no te hubieras ido, Mariposa traicionera, entre muchos otros. Y con igual efusividad se sumaron a las canciones de Drama y luz que ya inscribió un par de clásicos en el pop: Lluvia al corazón, Amor clandestino y El amor verdadero perdona. Durante El espejo, una historia surrealista en la que un hombre se mira en el espejo, es seducido por él y al tocarlo es transportado a un universo paralelo en el año 1950, invitó al palco a un octeto de cuerdas integrado por seis violines y dos contrabajos.En esta nueva etapa de Maná el músico más expuesto es el vocalista y guitarrista Fher Olvera, quien perdió a su madre y a su hermana durante la producción del nuevo álbum. Esto derivó en canciones que hablan de duelo y esperanza. Cuando llegó el momento de hacer Vuela libre paloma la dedicó a su madre (que cumplió un doble rol en su infancia porque su padre murió cuando él era pequeño) y a todos aquellos "que han perdido a alguien temporalmente". El público le gritaba `¡fuerza!`, conmovido. Y...

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