Los 10 mandamientos del 'Vasco'

Costó. Como cuesta cualquier cambio. No fue fácil. Primero tuvo que conocer al plantel, después acomodarse al medio, a un fútbol diferente, más peleado, más luchado, menos vistoso que el argentino. Y después, tuvo que esperar que la misma dirigencia que se la había jugado por él, lo respaldara. Y así fue.El primer semestre del "Vasco" Arruabarrena no fue bueno. Pero poco podía hacer. Llegó a Nacional en pleno proceso de cambio, y ni siquiera había elegido a los jugadores.Después del Clausura, se pasó raya. Se le confirmó en el cargo y tuvo potestades para hacer y deshacer.Eligió Pilar para realizar la pretemporada, pidió futbolistas, le apuntó a la defensa, y empezó a formar el rompecabezas con sus piezas.Hoy, después de seis meses de arduo trabajo, empezó a ver los frutos de su cosecha. Aunque reconoce que "no hemos ganado absolutamente nada, queda mucho camino por recorrer".Bajo esa consigna y esa postura, Arruabarrena fue haciendo piel con su pregonar, con sus "10 Mandamientos", esos que repite una y otra vez a sus futbolistas.Así, trabajando e insistiendo en cancha, fue variando con el correr del tiempo y los partidos. Y hoy se mantiene firme en el estilo, en la figura (4.3.1.2.) y en su manera de vivir y sentir el fútbol."Hoy somos todos rubios y de ojos celestes", dijo Líber Vespa después del triunfo ante Wanderers, cuando Nacional llegaba a la cima del Apertura, y esa misma frase la repitió el "Vasco", apoyando las palabras de uno de sus colaboradores inmediatos...