Señal de mando de Mujica en el FA al enviar polémico impuesto

DANIEL HERRERA LUSSICHComo una bomba cayó el anuncio del envío a la Cámara de Diputados del proyecto de Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR), idea lanzada por el presidente José Mujica, tres meses atrás, sin consulta previa y que levantó fuertes voces de discrepancia en la propia coalición de gobierno, en sectores de la oposición y en especial de las gremiales de productores.La iniciativa partió con la firma de todos los ministros hacia el Parlamento, aunque cuatro Secretarios de Estado dejaron asentadas sus diferencias. "Lo apoyamos para mantener la unidad partidaria", reseñó reiteradamente el vicepresidente Danilo Astori, el hombre que "clavó las banderillas" y siguió desde el comienzo enfatizando sus objeciones, a los que todos califican como el talismán de Mujica en este año y medio de gobierno.El primer mandatario, en lo que para muchos fue una fuerte desavenencia entre los integrantes de la fórmula presidencial, marcó la cancha en abierto apoyo a uno de los dos equipos, muy enfrentados, que expresan sus posiciones públicamente. Esta vez, Mujica se inclinó totalmente hacia el lado del Director de la OPP, Gabriel Frugoni y el flamante asesor presidencial, Eduardo Buonomo, y cerró las puertas a toda sugerencia de Astori y su, hasta ahora, poderoso equipo económico, el ministro Fernando Lorenzo y el director general, Pedro Apezteguía.AQUÍ MANDO YO. Evidentemente Mujica, "enamorado" del proyecto de gravar las tierras de más de 2.000 hectáreas, decidió jugar las cartas hacia sus incondicionales en materia de números y hacerle un "guiño" positivo al MPP. Este sector, el más poderoso electoralmente y del cuño presidencial, ferviente partidario del nuevo gravamen, había sido el más flexible a los designios mujiquistas cuando se votó negativamente el proyecto de ley interpretativo de la ley de Caducidad y le puso el hombro, sin dudar, ante el enojo de su socio principal en el gobierno, el Partido Comunista.¿El impuesto a la tierra es una señal de "aquí mando yo" que da Mujica a la interna del conglomerado y a la gente, crítica por su avalancha de iniciativas que quedaban en nada, luego de leer los últimos sondeos de opinión pública negativos?La respuesta deberá esperar unos cuatro o cinco meses, que según se estima se prolongará la discusión partidaria primero y parlamentaria después del cuestionado gravamen. Mujica fue claro, "no habrá presión sobre los legisladores, quedan en libertad de acción, si votan será por su decisión personal y yo...

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