Con las manos al cielo

Los arqueros de Uruguay fueron los primeros en entrar a la cancha y lo hicieron justo en momentos en que la lluvia cayó con mayor intensidad. El cielo sonó tan fuerte, con truenos que amenazaron dividirlo en dos, que los silbidos de la gente quedaron perdidos entre las montañas.Los hinchas de la Tri no tuvieron tiempo para seguir mostrando su rechazo a los jugadores celestes, porque segundos después que Muslera, Silva y Muñoz pisaron el césped del Atahualpa para calentar, se metieron a la cancha los futbolistas ecuatorianos.Obviamente, como podía esperarse, el grito de guerra de Ecuador retumbó. El "¡sí, se puede!" recorrió todas las tribunas y después afloró el típico "¡Ecuador, Ecuador!".Ahí, en ese instante, llegaron el resto de los jugadores de Uruguay. De la pasión por la "Tricolor" al repudio generalizado. La clásica "bienvenida" de rechazo afloró con singular intensidad.La banda de música que tocó en vivo buscó tocar las fibras de los ecuatorianos y por eso encadenó muchos temas con menciones claras al país, a sus bellezas y a sus características. El cantante principal, además, clamó los "viva" por cada zona del país, hasta terminar enardecido con un rugiente grito de "viva Ecuador".Los trabajos siguieron realizando y los últimos en irse fueron los arqueros celestes, que fueron invitados a retirarse por la red de alto parlantes. Fue eso, por cierto, lo único que acabó con los ritmos musicales que se hicieron oír desde tempranas horas.Un helicóptero estuvo los quince minutos antes de comenzar el partido...

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