El Mercosur no tiene la culpa

Algunos ponen paternal cara de "estaba visto"; pero lo cierto es que Mercosur es hoy sinónimo de compromisos incumplidos, de comercio trabado, de firmar una cosa pero hacer otra y finalmente lo peor: de la validación del incumplimiento institucional, de la violación de los compromisos jurídicos la herencia de Mujica cuando las mayorías accidentales marcan otra línea política diferente a la de los tratados. No obstante el pobre Mercosur no tiene la culpa: es equivalente a culpar al féretro por su contenido.

En realidad la culpa está en que unos sí y otros también, siempre estuvieron dispuestos a tomar del acuerdo lo que mejor les parecía vender pero sin estar dispuestos a aplicar las disciplinas que suponían algún sacrificio. Se sabe que se pactó la libre circulación, arancel cero intra zona y, a partir de una política comercial común, un arancel externo común respecto del mundo. Esto es lo firmado e implica no solo vender en la zona sino admitir la existencia de una preferencia debida al socio. El Mercosur dejó muchos temas sin resolver en Oro Preto que, de no faltar affectio societatis, podrían haberse resuelto sobre la marcha: el tema de las economías regionales, de las economías mediterráneas, de los regímenes especiales de importación, de zonas francas, los mecanismos internos de ayuda a la producción, la maquila paraguaya, el régimen azucarero o el automotriz, la solución rápida de diferencias comerciales con mecanismos supranacionales para dirimir pleitos de privados, el relacionamiento con terceros países, la concurrencia a foros comerciales con posiciones iguales, etc.

En verdad ninguno de estos países creyó desde el comienzo y menos hoy en el comercio como palanca de desarrollo; advirtieron el Mercosur como un espacio para vender con preferencia. Pero apenas dolió la integración la dejaron. Uruguay es un buen ejemplo. El primer año nomás festejó haber forzado la inclusión de centenares de excepciones al AEC pulverizando así, con estas excepciones y todos nuestros regímenes especiales, las preferencias a los socios. Y después vino todo lo más conocido: el cierre total de toda la granja y el vino, los permisos previos para todo, la prohibición de importaciones de carne aviar, de aceites, todo nuestra defensa de los productos elaborados por nuestros monopolios incluido el combustible, la creación de uno nuevo el de los biocombustibles etc. Amplios sectores de la sociedad no están...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR