Un mes en el Comcar, y era inocente

En torno al juzgado de la calle Misiones, decenas de taxistas celebraban ayer con bocinazos la decisión de liberar a un colega procesado por rapiñar a una pasajera. Horas después, el hombre salió en libertad y festejó con vecinos y en familia.En el mundo de los sueños y la quiniela, el significado del número 44 es la cárcel. El próximo 22 de diciembre, Milton Pablo Pecotiello cumplirá 44 años, y espera soñar lo menos posible con lo que debió vivir entre rejas, unos días en Jefatura y casi un mes en el Comcar.Eso dijo en la noche de ayer a El País, en la puerta de su domicilio, en el barrio Cerrito de la Victoria, mientras un grupo de la Mutual de taximetristas hacía sonar sus bocinas, los vecinos tiraban cohetes y una veintena de familiares que había antes concurrido al establecimiento penitenciario a esperar su liberación, entonaba cánticos de bienvenida.El taxista, que hace 8 años trabaja en un coche de Fono Taxi -de 16:00 a 4:00 de la madrugada-, fue encarcelado por la rapiña a una pasajera que terminó por identificarlo erróneamente.El 29 de octubre, a las 9:00 horas, Pablo (así lo llaman todos), recibió una llamada telefónica de la policía, invitándolo a presentarse en Jefatura por una investigación en curso.Aún entredormido, con pocas horas de descanso, se recostó otro rato hasta las 10:30, cuando funcionarios policiales pasaron a buscarlo por su casa.Sin vislumbrar lo que se le venía encima, agarró el dinero necesario para pagar una tarjeta de crédito y el recibo del agua corriente.La indagación policial se vinculaba con un robo violento cometido el día 15 de octubre a las dos de la madrugada, en Carlos Roxlo esquina Paysandú.Quien fuese víctima de la rapiña, una señora de 31 años con problemas de cadera, declaró que en el camino intercambió una conversación banal con el taxista, viajando en la butaca del acompañante. Dijo también que, dos cuadras antes de llegar a su domicilio, el taxista le pidió permiso para sacar de la guantera un GPS y lo colocó sobre el tablero.Al llegar al destino, la puerta del domicilio de la pasajera, el supuesto taxista le preguntó a ésta si deseaba que la ayudara a descender. Ante la negativa de la mujer, el taxista le pidió que bajase tranquila y, mientras ella lo hacía, descendió a sacar un abrigo del baúl, porque estaba refrescando.En lugar de hacer lo anunciado, rodeó el vehículo y terminó tomando a la pasajera por el cuello, y tirándola en la vereda, en su intento por robarle la cartera.La mujer logró zafarse y...

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