Los Middleton, esperanza de normalidad

Los Middleton, un modelo de discreción desde que su hija Catalina se casó con el príncipe Guillermo, podrán ofrecer a su primer nieto un necesario remanso de normalidad, en contraste con el encorsetado protocolo de la familia real británica.Carole y Michael Middleton, al igual que el príncipe Carlos por el lado paterno, se estrenarán en el papel de abuelos con el inminente nacimiento del primogénito de los duques de Cambridge y tercero en la sucesión a la Corona británica.Los padres de Catalina, exempleados de British Airways convertidos en millonarios gracias a una empresa de artículos para fiestas, han estado muy presentes en la vida de su hija y de su esposo y deberían tener un papel destacado en ayudar a la joven pareja a criar al bebé.El propio príncipe Guillermo, que ha pasado fines de semana y hasta vacaciones en el Caribe con sus suegros, parece haber encontrado en el acomodado clan Middleton la estabilidad emocional y la normalidad que le faltó durante su infancia debido al distanciamiento de sus padres y a los múltiples compromisos que cumplían."Kate tiene una familia muy unida", declaró en la entrevista concedida justo después de comprometerse a finales de 2010. "Mike y Carole han sido muy afectuosos, atentos y divertidos", agregó Guillermo, quien según la prensa se lleva muy bien con su suegro y a veces lo llama "dad" ("papá").Para Patrick Jephson, exsecretario personal de Diana, sería también "beneficioso para el bebé que creciera con expectativas normales sobre qué hacer y decir y cómo entender un poco más la vida de la gente normal".Por voluntad expresa de Guillermo, los Middleton son la primera familia política oficialmente admitida en el restringido entorno real.Invitados por Isabel II, los padres de Catalina, acompañados de sus otros dos hijos, Pippa y James, participaron el año pasado en la procesión fluvial del 60 aniversario de su entronización, y han sido vistos en los últimos días en el palco real del torneo de tenis de Wimbledon.Carole Middleton, de 58 años, además de tener una relación muy estrecha con Catalina, será la única abuela biológica del futuro heredero tras la muerte de la princesa Diana en un accidente en 1997.Desde hace un tiempo se rumorea que cuando abandone el hospital, Catalina podría instalarse durante unas semanas con el bebé en la casa familiar en el condado rural de Berkshire. Carole podría así ayudar a su hija mayor con el cuidado del pequeño y de paso empezar a tejer el vínculo especial que une a los abuelos...

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