A los 92 años, el modisto francés se dedica al teatro

Los padres de Pierre Cardin eran de San Biagio de Callalta, en Italia; perdieron la guerra y lo perdieron todo. En Francia rehicieron la vida. Allí habían ido con su hijo, que nació en 1922. A sus 92 años el hombre que hizo democrática la moda cree que ese origen le dio la energía que conserva.La expande más allá de los vestidos y los complementos que le hicieron famoso. Y la concentra, sobre todo, pero no solo, en el teatro, al que dedica dinero y entusiasmo. En París mantiene el Espace Pierre Cardin, donde ha puesto en marcha 350 obras y en Venecia anda embarcado en la construcción no ajena a la polémica del Palais Lumiere, una torre a escasos ocho kilómetros del centro diseñada en colaboración con el arquitecto Rodrigo Basilicati, su sobrino. En ella, pretende incluir espacios culturales. El modisto, lejos aún de la jubilación a sus 92 años, mantiene una intensa dedicación al mundo del teatro, que financia a través de su fundación.De su entusiasmo por la escena, Pierre Cardin vino a hablar recientemente al Instituto Francés de Madrid. `Gracias a mi dinero he hecho teatro independiente. Nunca le pedí un céntimo a ningún gobierno. ¡La moda es mi banca!`, afirmó.Su recuerdo es una concentración extraordinaria de nombres propios, desde Jean Cocteau, que fue su amigo, hasta Luchino Visconti, con quien compartió también las luces del talento.`Gente fabulosa. Cocteau era muy humano y Visconti más aristocrático`. A Luis Buñuel lo conoció con Jeanne Moreau, su gran amiga. Buñuel era `paternal y cálido, muy atento`. Fue amigo también de Pablo Neruda, y ahora, a esta edad, ya parece tener sus andares. En su cabeza hay una babel enorme, así que habla francés, italiano, inglés, español...`A España vine cuando tenía algo más de veinte años por primera vez... Y luego he venido cuarenta veces`. Su recuerdo de aquella primera vez tiene que ver `con la España mísera de la posguerra`. `No había gasolina, no había coches. Pero ese viaje me permitió tener tantos recuerdos`, relata.La mezcla de lenguas que se produce en torno a la conversación lo alienta. `Hablar todas las lenguas, ¡eso es Europa!... Cuando yo vine a España por vez primera los viajes eran larguísimos, y todo quedaba lejos de Europa. Ibas a Egipto en barco y tenías que programar un mes de ausencia... Cuando estuve en China miré Europa de lejos y me di cuenta de que este continente se tenía que unir, su porvenir era nulo siendo tan fragmentado. Por eso soy ahora un europeo tan convencido`.¿Y por qué entre...

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