Monstruos

Dice Nicolás Maduro que el presidente Juan Manuel Santos “le metió una puñalada a Venezuela”. No se sabe si esta dramática información forense se la dio confidencialmente un pajarito o si surgió de su legendaria capacidad de observación.Maduro ve cosas que nadie percibe. Es un vidente. Sólo él, por ejemplo, descubrió su rostro entre las manos de Chávez en un cuadro o foto del Comandante Eterno. Pero ahí no termina la crónica roja colombo-venezolana. De acuerdo con su versión, los colombianos, coludidos con la CIA, intentarían envenenarlo.Creo que es importante tener en cuenta la secuencia. Estas revelaciones completan el cuadro clínico. Primero se presentaron las alucinaciones auditivas con pajaritos que le hablaban. Luego comparecieron las alucinaciones visuales con su propia imagen. Ahora contemplamos denuncias de conspiraciones siniestras. Parece que estamos ante un típico caso de esquizofrenia paranoide.Los venezolanos, especialmente tras las revelaciones de Mario Silva, discuten si Maduro es un comunista manejado por Cuba o un místico manejado por Sai Baba, pero me sospecho que la duda que hay que despejar es si estamos ante un sujeto afectado por un brote psicótico transitorio, tratable con unas cuantas pastillas de Risperidona, o si se trata de un esquizofrénico incurable de pronóstico sombrío. (Me temo lo segundo).En todo caso, la “puñalada” colombiana consiste en que Santos recibió a Henrique Capriles, el jefe de la oposición venezolana y muy probable ganador real de las elecciones del 14 de abril. Santos, en realidad, no hizo nada excepcional. Recibió al representante de, por lo menos, la mitad de la sociedad venezolana. Eso era lo responsable. Las relaciones entre los países no son entre gobiernos, sino entre naciones. No haber recibido a Capriles, o sea, negarle la legitimidad que sus compatriotas le otorgaron en las urnas, sí era una forma de injerencia.Los gobiernos son sólo los representantes temporales de las naciones. Cuando Maduro sea amorosamente recluido en alguna institución psiquiátrica, como le ocurrió al presidente tunecino Habib Burguiba, y Capriles ocupe la...

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