Montevideo y la Concertación

El senador García del Partido Nacional planteó hace pocos días que la Concertación en Montevideo debía mejorarse, aprendiendo de los errores pasados, de forma de reafirmarse como instrumento político- electoral.

Es la primera vez en mucho tiempo que algún dirigente relevante de los partidos tradicionales se refiere a la Concertación de forma positiva, como herramienta que puede ser utilizada nuevamente para las elecciones departamentales de la capital en 2020. En efecto, desde los resultados de 2015 y el consiguiente auge nacional de quien fuera el candidato más votado de la Concertación, Edgardo Novick, esa fórmula de conjunción de esfuerzos electorales blancos y colorados en Montevideo había sido dejada de lado, cuando no incluso criticada.

Evidentemente, las críticas hacia la Concertación parecen francamente injustas, sobre todo si además provienen del Partido Nacional. Porque un brevísimo repaso de la historia del último medio siglo de elecciones en Montevideo muestra que, gracias a la Concertación y por primera vez en décadas, los blancos accedieron a cargos ejecutivos relevantes en amplias y pobladas zonas de la capital, como son las alcaldías de los municipios CH y E. Sin la Concertación, esas alcaldías hubieran quedado, sin ningún lugar a dudas, en manos del Frente Amplio.

También es claro que en estos años los partidos tradicionales han abandonado políticamente a Montevideo. Si según distintas encuestas el intendente Martínez logra una aprobación positiva del entorno de la mitad de la población de la capital, es entre otros factores porque no es visible para los montevideanos un proyecto claro, distinto, argumentado, posible, serio y entusiasta llevado adelante por uno o varios de los partidos de oposición.

El asunto no es menor. Si algo se sabe en la historia electoral del país es que el cargo de intendente de Montevideo es un excelente trampolín para responsabilidades políticas más importantes a nivel nacional. Dejar huérfano de referentes y de acción política a la capital, como hace hoy en día la oposición, lo único que logra es facilitar el ascenso electoral de Martínez que, por cierto, cada vez suena más como posible candidato presidencial del Frente Amplio para 2019.

No se trata de negar o relativizar las tareas de alcaldes, concejales, ediles y agrupaciones de los partidos de oposición en Montevideo. Se trata sí de entender algo bastante sencillo: todas esas acciones no alcanzan para que la opinión pública capitalina perciba...

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