Mordida débil

UNA DE LAS ÚLTIMAS novelas inglesas sobre el arrepentimiento es la brillante Expiación (2001), de Ian McEwan, donde su protagonista paga largamente con la moneda del remordimiento una maldad infantil que perjudicó la vida de su familia. En sus manos el asunto pretextó una novela de época, de factura clásica, atmósfera romántica y visión posmoderna, que se sustentaba además en una fuerte construcción de personajes y una prosa elaborada hasta en los mínimos detalles. Ahora es Julian Barnes -otro integrante generacional del "dream team" formado por McEwan, Amis, Rushdie, Kureishi, Ishiguro, y el algo mayor David Lodge- quien le entra al tema, en una novela que ha obtenido el Premio Man Booker. El mismo que McEwan obtuvo por Amsterdam (1998), que tampoco era una novela mayor, por lo menos no en relación a su propio techo. Algo similar pasa con El sentido de un final, de Barnes. Tiene su sello. Esto es, un nivel de calidad del que es difícil que descienda, y que es mucho más que oficio y radar. Pero también respira desgaste y tropiezos. Los que hacen, por ejemplo, que la novela pierda su delicado equilibrio cuando justamente y siquiera por honor al título debería evitarlo: al final.La historia es mínima: un hombre jubilado y divorciado, con una vida sexual y social en declive, conecta a raíz de un testamento con un episodio de adolescencia que creía haber borrado. Tony Webster es un individuo anodino (como suelen ser los protagónicos de Barnes) al que su hija visita poco y su ex esposa hace el aguante auditivo cada vez que lo precisa. Por ejemplo cuando el nombre de Webster figura en el testamento de una mujer que conoció cuatro décadas antes: la madre de su primera novia. La herencia consiste en algo de dinero y en el diario personal de un compañero de estudios que fácilmente le quitó a esa novia y al poco tiempo se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR