Mujica, Cuba y la democracia

Hace sesenta años un grupo de jóvenes comandados por Fidel Castro se levantó contra el gobierno de Fulgencio Batista intentando la toma del cuartel Moncada en Santiago de Cuba para iniciar una revolución.No nos proponemos cuestionar jurídicamente al presidente por preservar sus devociones juveniles, si bien podría discutirse si su investidura lo autoriza a hacerlo, no ya como persona, sino en nombre de los uruguayos a los que representó. Pero dejando esto de lado lo que aquí nos interesa es la oportunidad y el lugar concreto elegido para esta visita, que en muchos sentidos compromete nuestra adhesión nacional a principios y tradiciones democráticas que nos distinguen frente al mundo y nos llenan de orgullo. Descartamos que frente a esto pueda argüirse que el régimen cubano es aquél que los cubanos eligieron y que, como extranjeros, nada nos corresponde opinar al respecto. Una objeción repetida pero directamente falsa.La democracia como forma de gobierno no se define por la presunta opinión con que los pueblos la califican, sino por combinar la soberanía popular con la libertad y la igualdad ciudadana en la elección de sus autoridades bajo el primado de la libertad de conciencia (y sus libertades individuales anexas), en lo referido a su vida pública y privada. Tanto en el plano político como en el económico, social y cultural. En ese sentido, la constitución cubana es la prueba objetiva, de lo que no es una democracia.Su artículo 5º establece: "El Partido Comunista de Cuba, martiano y...

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