Mujica, los uruguayos y el trabajo

Y Mujica se dio el gusto. Fue a los Estados Unidos, se reunió con el presidente Obama, se sacó fotos; se reunió con el vicepresidente Joe Biden, se sacó fotos y siguió con sus reuniones. Participó en diversas conferencias, contestó a la prensa y culminó su periplo con un discurso en la Organización de Estados Americanos.ynbsp;Los siete ministros que lo acompañaron también deben haber mantenido numerosas reuniones -no se sabe bien, porque lo focos estuvieron centrados en el Presidente uruguayo- y deben haber conocido realidades de un mundo que funciona muy distinto al nuestro y que antiguamente era considerado como la cuna y el centro de todos los males del mundo: ni más ni menos que el mismísimo imperialismo yanqui.Más allá de que en el ocaso de su mandato no se tiene muy claro cuál fue el objetivo de esta peregrinación política (se supone que todas tienen una explicación y ellas están vinculadas con beneficios para el país), que considerarla solo un eslabón más en su campaña de autopromoción chocaría con su proclamada humildad, el hecho de acercarse a la primera potencia económica mundial, ver cómo piensa y funciona en vivo y en directo, es una experiencia personal enriquecedora.Lo que sí molesta -y mucho- es el mal concepto que el Presidente tiene de sus compatriotas y que lo ande divulgando en otros países. Porque puede tolerarse que adentro de nuestro territorio haga comentarios despectivos sobre los uruguayos (total, habla tanto que estamos acostumbrados a cualquier "sorpresa"), como lo hizo allá por el 2008, cuando se perfilaba como uno de los candidatos del FA a la presidencia. Dijo, derecho viejo, que "este es un país de atorrantes". Pero cinco años después, durante un viaje a España definió a los uruguayos como "medio atorrantes, no nos gusta trabajar. (…) Nadie se muere por exceso de trabajo". Ahora en su visita al imperio, volvió a reiterar el concepto: "No somos muy trabajadores, somos más o menos…"Tal vez la experiencia laboral de Mujica y sus amigos lo lleven a pensar así, pero la generalización, meter a todos en la misma bolsa y tratar a todos de "vagos" es una tremenda injusticia, muy lejana, además a la realidad. Veamos:-En la actividad privada, es difícil que se banque a algún atorrante. Dura poco.-Somos un país donde abunda el multiempleo. Para "parar la...

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