El mundo y la región no son tan amigables como pensábamos

Carlos SteneriSucesos recientes confirman que el año 2023 se inaugura como un camino de complejidad extrema a escala global y, en especial, a nivel regional. Con la consecuencia natural de influir en el devenir de nuestra economía.Aparte del estandarte del combate a la inflación aún no bien resuelto en el mundo desarrollado, se le agrega el anuncio de que entrará en recesión. El Fondo Monetario ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento, anunciando que "la recesión impacta a un tercio del mundo este año". Una noticia que, por su importancia, la ubicará en pie de igualdad con la inflación entre las preocupaciones a resolver en las respectivas administraciones. Lo más impactante es que sus causales son diferentes entre los afectados y, por tanto, lo serán sus políticas correctivas y sus impactos sobre el resto del mundo.En definitiva, nos encontraremos con un combo de políticas, que pretenden rebajar la inflación enmarcados en un escenario recesivo. Del juego de las prioridades de cada caso será la resultante de las políticas que por un lado trataran a través de sus bancos centrales de contener los precios, y por otro reavivar el vigor de economías golpeadas por la crisis del Covid-19 que provocaron disrupciones sociales importantes.Europa continúa sin resolver plenamente su tema de dependencia energética, y sigue recibiendo el impacto de un conflicto bélico que erosiona su capacidad de revertir su magro crecimiento o los impulsos recesivos en algunas áreas del continente. Una política agresiva de combate a la inflación con suba de tasas, genera dificultades financieras en países como Italia que se derivan en tensiones políticas dentro del bloque.En China, las políticas de control de la pandemia han generado disrupciones, tanto en la oferta de bienes como en la contracción del consumo. La rapidez de la salida depende de la calidad de las políticas sanitarias, en particular la utilización de vacunas adecuadas. También, de adaptar su modelo de crecimiento a una realidad nueva menos afincada en las exportaciones, privilegiando el consumo interno y la contención de los excesos de sobre inversión en el sector inmobiliario, que fragilizan su sistema financiero.Estados Unidos, a su vez, está enfrentado a la dicotomía de combatir decididamente la inflación después que comenzó a hacerlo tarde y recuperar así la credibilidad de la Reserva Federal, o atemperar ese intento para proteger su crecimiento aún incipiente. Una decisión compleja...

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