Hay ángeles y milagros

Sucedió en Jardines del Hipódromo, una zona de Montevideo donde los hechos delictivos son cotidianos. Un lugar en el que el año pasado se registraron varios delitos de sangre y donde la seguridad y la tranquilidad, hace mucho tiempo, pasó a ser un buen recuerdo de los mayores.El miércoles último, entrada la noche, un automóvil se detuvo en la esquina de Locarno y Acrópolis y con la complicidad de la oscuridad reinante, alguien del interior del vehículo arrojó una bolsa de basura al cordón de la vereda, muy cerca de un desagüe. Atado con un doble nudo, en el interior del envoltorio gemía una niña recién nacida, con su cabecita aún manchada con sangre del reciente parto. Dos jóvenes: Federico Bogapérez y Mauricio De Los Santos junto con un tercer vecino fueron quienes recogieron el paquete. Los muchachos con la ayuda del padre de uno de ellos y de una enfermera también vecina, trasladaron con la urgencia del caso a la bebé hasta la policlínica Malinas. En el camino, se encontraron con un patrullero que a sirena abierta los alcanzó al centro asistencial.El hecho nos muestra las dos caras del Uruguay de hoy. Una sociedad en la que existe gente (si se me permite el eufemismo) que comete el crimen de tirar en la calle, como basura, a un recién nacido, a sabiendas que morirá o bien por asfixia, por hipotermia o aplastado por un vehículo. Nada se sabe de los autores del hecho; solo se ha informado que la niña fue...

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