¿No aprendieron nada?

El debate de ideas en nuestro país suele partir de algunos supuestos básicos que son compartidos, al menos en el discurso, por casi todos. Dejando de lado al diputado de Unidad Popular, o a veces algún representante anacrónico de los postulados originales del Frente Amplio, las voces que se escuchan en nuestro Parlamento comparten determinados principios generales.

En particular, que la democracia es la mejor forma de gobierno, que las personas tienen derechos, que las minorías no deben ser aplastadas o silenciadas y que toda violación de los derechos humanos o del Estado de Derecho es condenable sin excusas.

Pues bien, el lunes, cuando lo esperable era la condena universal a los acontecimientos recientes en la República Bolivariana de Venezuela, nos desayunamos que el Frente Amplio en forma institucional, ya no un sector o un político trasnochado, respaldaba al dictador Maduro en su arremetida antidemocrática. No es que no se supiera que el Frente, de ayer y de hoy, alberga sectores de ideas totalitarias pero resultó altamente impactante que como partido político mayoritario en el Uruguay pudiera emitir un comunicado tan vergonzante.

El mamarracho oficialista tiene seis puntos que Borges podría haber incluido en la historia universal de la infamia; ficción basada en hechos reales. En ellos respalda las atrocidades de Maduro, reivindica el relato chavista de que los pobres dirigentes opositores encarcelados quieren desestabilizar la ejemplar democracia venezolana que aparentemente a su criterio está a la altura de la británica, desvaría con que todos los males de Venezuela vienen desde el exterior y apoya una reunión de cancilleres de la Unasur con Maduro, seguramente para escuchar una versión objetiva de los hechos.

Para que quede claro, el Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio sentado en el Coliseo ante el espectáculo de la barbarie hubiera hinchado por los leones que se comían a los esclavos.

No puede menos que indignar y preocupar profundamente que el partido que por tres veces obtuvo la mayoría legislativa en nuestro país pueda expresarse en favor de una dictadura que violando los más elementales derechos de sus ciudadanos y de los partidos políticos encarcela ahora nada más ni nada menos que al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, que persigue a la dirigente opositora María Corina Machado y que tiene hace más de un año encarcelado a Leopoldo López. Casualmente, los tres venezolanos que hace unos días firmaron una...

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