«No queremos ser unos mantenidos»

Comenzó a trabajar en Metzen y Sena a los 19 años y hoy preside la cooperativa conformada por 362 trabajadores.ynbsp;Por Stella Maris Pusino>Nació en Miguez, Canelones, en 1967. Creció en el Paraje Arroyo Los Chanchos, en Lavalleja, trabajando en tareas agrícolas hasta que, a los 15 años, tras el quiebre de la explotación de remolacha y de la muerte de su padre, emigró a Monte junto a su familia. Trabajó como hachero, sin posibilidades de iniciar el liceo. Ingresó a Metzen y Sena a los 19 años para clasificar azulejos. Lideraba el sindicato cuando se declaró la quiebra y desde entonces acompañó el proyecto para sellar su viabilidad. Reconoce lo difícil de la gestión y puede ponerse ahora en la piel del empresario. Antes de la feria judicial concluiría la liquidación de la ex Metzen y Sena, pero él no imagina que Uruguay pueda cerrar la última fábrica de cerámicas que existe. Está casado y tiene dos hijos.Qué recuerda de sus primeros años en la fábrica?Recuerdo a los fundadores que todavía estaban al frente de la fábrica. Habían arrancado con un galponcito, que honramos en la entrada a modo de homenaje, fueron unos visionarios. Dieron vida al pueblo, llevaban 50 años en Empalme Olmos cuando yo ingresé. Éramos más de mil trabajadores. Todavía hacíamos azulejos pero empezábamos a fabricar pisos, las líneas de sanitarios y vajilla ya existían. Los sueldos estaban al día, incluso nos pagaban doble aguinaldo. Era una fábrica pujante, hasta que vino la reconversión, en 1999. Esa reconversión fue lo que la mató.¿Por qué cree eso?Porque es lo que le ocurrió a varias empresas, los bancos les prestaron mucha plata para que se tecnificaran. Metzen y Sena recibió US$ 42 millones. Ya no estaban los fundadores. Había descendientes, qué se yo, otros técnicos. Pero todos lo vimos: esos 42 millones no se volcaron aquí. Esa fue la época en que se tiraron los hornos de azulejos, ya no pudimos fabricarlos más. Lo que estaba pasado de moda, se tiró todo. Se trajo maquinaria nueva y la plantilla se redujo.Pero esa reestructuración de la producción debe haber sido respuesta a la demanda del mercado...Sí, sin duda. Hay que atender la tendencia del mercado. Pero aún así, no había necesidad de deshacerse de aquellos hornos. Hoy podríamos estar fabricando y exportando azulejos, EE.UU. todavía los demanda. Y las modas van y vienen. Si pudieran fabricarse porcelanatos de dos metros por dos en China los habrían estado haciendo. Sin embargo, hoy los tamaños preferidos están volviendo a...

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