Un Nobel que enseñó en Uruguay

jorge caumontEste contenido es exclusivo para suscriptores> > Tras un par de años estudiando el postgrado de economía en la Universidad de Chicago, pude distinguir la diferencia entre lo que es la teoría económica y lo que entendía yo que era, tras obtener mi licenciatura en nuestro país en 1972. La diferencia era significativa y la marcaba la enseñanza que estaba recibiendo de profesores que más tarde lograrían el Premio Nobel de Economía: Milton Friedman, George Stigler,. Robert Lucas y Gary Becker. Y de otro que, como Harry Johnson, lo habría logrado de no llegarle tempranamente la hora de partir de este mundo. Además de otro que lo recibiría también más tarde, pero que, alejado del profesorado (faculty) del Departamento de Economía de Chicago, pero habiendo dejado una huella académica impresionante, ya enseñaba en Columbia: Robert Mundell, quien falleciera hace unos días.Precisamente, fueron estos dos últimos a quienes le recomendé al entonces presidente del Banco Central, José Gil Díaz, que les invitara a brindar alguna conferencia en nuestro país, algo que tras comentarle las razones por las cuales le sugería la invitación, le pareció conveniente invitarlos en momentos en los que, en Uruguay se discutía la apertura comercial. Algo que entonces se rechazaba, pues se consideraba a todo nivel político, académico, empresarial y social, que la competencia externa provocaría el cierre de numerosas empresas, altísimo desempleo y aumento de la pobreza. > > Con el paso de los años, la realidad no ratificó tal creencia generalizada, al punto que aquellos opositores hoy se han unido al pequeño número de quienes la promovían.> > En 1977, Johnson primero y Mundell después, aceptaron la invitación y estos dos economistas canadienses, que estaban en sus "cuarentas", vinieron a Uruguay y brindaron varias conferencias que fueron bien recibidas, aunque no por todos los que asistieron a ellas. Es que en algunos casos, la aceptación de las consecuencias transitorias de un proceso de apertura económica no fue generalizada. De todos modos, el resultado fue tan satisfactorio que en el Banco Central, tanto el presidente Gil Díaz como su personal superior coincidieron en proponerle a Mundell algo que en su momento parecía improbable que se concretara: dirigir un curso de posgrado de economía impartido por el staff académico de la Universidad de Columbia, para funcionarios economistas de las instituciones que constituían el equipo económico y para otros...

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