En nombre del maestro de piano

El año pasado se cumplieron 30 años del fallecimiento y cien años del nacimiento de Hugo Balzo, referente ineludible del pianismo uruguayo. Su vasta labor como intérprete y docente han hecho que su figura no sea olvidada. Su legajo permanece vivo a través de sus destacados discípulos mientras que su recuerdo perdura en tres homenajes póstumos, el principal en la hermosa sala que lleva su nombre en el complejo del Sodre y los otros en las denominaciones de una calle en el Prado y de una escuela en el barrio Reducto.El imperdonable olvido hacia Balzo que realizó el Sodre el año pasado motivó que en la programación de música de cámara de este año se incluyera un homenaje a través de un ciclo de de doce recitales para piano. Trece intérpretes integran el ciclo, la mayoría son reconocidas figuras de nuestro medio pero que no se formaron con Balzo, así como jóvenes talentosos que nacieron después de la muerte del homenajeado. De todos los participantes las únicas alumnas de Balzo son Élida Gencarelli y Susana Gutman. Es una pena que no se haya convocado a más alumnos y que en el repertorio se hayan dejado de lado a compositores nacionales, cuando el mismo Balzo fue el mayor divulgador de ellos al igual que de los autores latinoamericanos. Notorias son la ausencia de Nibya Mariño y Julián Bello en el ciclo, la primera por ser la única pianista sobreviviente que tocó numerosas veces a dos pianos con Balzo y el segundo por ser uno de sus...

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