Nubes de laboratorio

William Boyd tiene la dudosa fortuna de integrar la generación prestigiosa de la revista londinense Granta, que el editor Herralde llamó el british dream team. De no ser por Ian McEwan, Martin Amis, Salman Rushdie, Julian Barnes y otros autores famosos, sus méritos se apreciarían más. Su secreto y el de los demás escritores fue vender obras de calidad en grandes cantidades.En el caso de Boyd, pese a las incursiones en los guiones de cine y los premios literarios, a la prosa capaz de superar las torpezas de la traducción, a la creación de mundos consistentes con personajes bien delineados y al suspenso arrollador, no se ha terminado de perdonarle el éxito comercial, como si sólo se lo consiguiese con obras de segunda traicioneras y claudicantes.El thrillerOrdinary Thunderstorms cuenta una historia policial típica. El protagonista Adam Kindred, que descubre de casualidad un asesinato, decide huir hasta reunir pruebas de su inocencia. Mientras el fugitivo va desentrañando la trama conspirativa, se vincula con un asesino a sueldo, una prostituta, unos traficantes, un predicador, los mendigos que asisten a un comedor, una mujer policía y su padre, un anciano hippie. Semejante elenco de estereotipos de la novela negra, enriquecidos por la ambientación social y psicológica, refleja la periferia de Londres, complementada por los sectores burgueses donde se desempeñaba el científico muerto.Dickens fue una de las fuentes de inspiración del novelista, que quiso pintar la ciudad actual sin ceñirse a fechas exactas y hechos identificables al estilo de las novelas de investigación periodística. Por otra parte, Boyd responde a las inquietudes del momento, pero agrega un plus, una perspectiva insólita que cala hondo.Junto con un tema recurrente desde el siglo XIX -el individuo perdido en la sociedad de masas-, la novela denuncia los riesgos de la experimentación en la industria del medicamento. El problema es inquietante y la trama persuasiva, aunque es probable que la historia de la ficción no se corresponda con ningún caso de corrupción descubierto en la realidad.UN HOMBRE CORRIENTE.El título en inglés sugiere el misterio gótico y romántico de los truenos que no son fenómenos extraordinarios. Lejos de ser un hombre corriente, como pretendía el autor, el protagonista es un climatólogo que intenta crear nubes en el laboratorio. A Adam, despedido de una universidad norteamericana a causa de un affaire con una alumna, le cuesta poco más que el divorcio volver a Londres y...

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