Obsesionados por la hora exacta: relojero y tornero reparan las máquinas 'imposibles'

maRIA DE LOS ÁNGELES ORFILADos colmos se hacen reales si se visita el taller que comparten Dardo Sánchez y Heber Galván a una cuadra de la rambla del Cerro en la calle Austria. El primero es que tienen un reloj de pared Quartz detenido a las 6:14. El segundo es que, según el primero, allí no se rigen "por el tiempo". Dos hechos curiosos para un relojero y un tornero que se han propuesto devolverle el ritmo del tic-tac al reloj de la Parroquia Sagrada Familia de la localidad de Sauce.La máquina en cuestión es de origen alemán y tiene, al menos, 160 años. Hace 60 que no movía ninguno de sus engranajes. "Era chatarra", resumió Galván. Una chatarra que, además, estaba cubierta por una capa de "hasta cuatro centímetros de caca de palomas".El reloj se desprendió de la torre en un derrumbe por grietas y fisuras del edificio; luego fue víctima de saqueos. Engranajes, levas, rueda de escape, el péndulo... en el mejor de los casos las partes estaban quebradas o retorcidas; el resto estaba desaparecido.El diagnóstico que hizo otro técnico fue que estaba desahuciado. Pero, "cuando lo vimos, dijimos:99,9% que lo reparamos. Y lo hicimos. Somos Gardel y Lepera. Nadie nos supera", bromeó Sánchez.El reloj ahora funciona. Todavía no está terminadole falta la manivela para darle cuerda, colocarle la esfera y pintarlo, entre otros retoques pero volvió a la vida. "Resucitó", comentó Galván en un guiño al lugar de donde provino y adónde volverá en las próximas semanas: la iglesia que fue erigida junto a lo que fue el casco de estancia de la familia de José Gervasio Artigas , frente a la plaza principal de la localidad de Sauce.El objetivo es que vuelvan a sonar las campanadas en la celebración de Navidad. El mecanismo que lo permite ya está en funcionamiento aunque, claro, se hace provisionalmente con un cable atado del techo.Repararlo no fue fácil "pero no imposible". Es más, Sánchez se encargó de repetir que esa palabra está prohibida en el taller. Lo más difícil fue reconstruir la pieza que se conoce como cremallera que es necesaria para que el reloj toque las campanas a la hora justa.Salieron a buscar ejemplos por Montevideo: el reloj de la Catedral no dio ninguna pista al igual que el del Mercado del Puerto por tratarse de maquinarias diferentesambos son mantenidos por Sánchez quien les da cuerda todos los lunes; tampoco el de la Parroquia Inmaculada Concepción de Pando que está en una situación de abandono similar y que será próximamente reparado"con una...

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