Ochenta homicidios sin aclarar en cinco años

"Las Víctimas Olvidadas". Así se denomina un informe de la Asociación de Víctimas de la Delincuencia que incluye casos de asesinato, muchos de ellos impunes. Además de perder a sus parientes por un crimen, soportan amenazas de agresores.La Policía aún no aclaró unos 80 homicidios ocurridos en los últimos cinco años en todo el país, según datos manejados por investigadores policiales. La Asociación de Familiares y Víctimas de la Delincuencia dice que los menores son autores de muchos de estos casos.El dolor de esas madres y padres no tiene fin. En el informe se encuentran las fotos de sus seres queridos que fueron muertos o malheridos por delincuentes durante una rapiña.Raquel Mesa vio cómo los asesinos de su hijo de 16 años pasaban corriendo frente a ella con cuchillos ensangrentados. El homicidio ocurrió a media cuadra de su casa en Villa Española el 10 de febrero de 2010.Dijo que jamás la Policía o la Justicia la llamaron para declarar por el caso. "Si los veo, los reconozco", dijo a El País.Mesa señaló que recibió amenazas de muerte por parte de familiares de los cuatro menores autores del asesinato. "Me tuve que mudar y cambiar de trabajo. Los testigos del crimen también sufrieron amenazas", dijo. Sin embargo, con desaliento, reconoció que los familiares de los delincuentes ya saben dónde vive actualmente porque uno de ellos así lo advirtió a su esposo en un comercio de compra y venta de materiales de construcción.La familia Mesa colocó chapas verdes en todo el frente de la casa. "De esa forma no veo para afuera, pero ellos tampoco me ven. Uno de los familiares de los matadores de mi hijo le dijo a mi esposo que las chapas era lo que me iba a salvar", dijo Raquel. Agregó que concurrió a la Seccional 13ª pero los policías "no querían recibir mi denuncia. Inclusive un subcomisario señaló que con la familia de los matadores de mi hijo no se puede".Mónica Sarli es madre de Camila Mondragón, la joven de 18 años asesinada en Las Piedras el 23 de mayo de este año por dos consumidores de pasta base. "El caso todavía está abierto. Los involucrados que aún están en libertad viven en el mismo barrio que nosotros. Rondan y se sonríen cuando nos ven. En una oportunidad me tocaron el timbre a las 5 de la mañana. Eso ocurrió 23 o 24 días después del asesinato de mi hija", explicó Sarli a El País.Señaló que las burlas de los allegados a los asesinos no son delitos y, por ende, las denuncias no son recibidas por la Policía. "A dos de los involucrados no se les puede...