A las pancartas

No podría decirse lo mismo, en cambio, de la conducta del interpelante que no pudo sujetarse y ya de entrada cayó en el agravio.> > Si la intención hubiera sido verdaderamente aventar dudas y clarificar, tras la explicación de la ministra se debía haber dado por concluida la sesión. Y todos se habrían ganado el aplauso de todos.> > Pero la intención no era esa. Se utilizó el mecanismo parlamentario para sacar a lucir las pancartas y la consignas. Hubo varios intermedios para desinfectar el recinto, pero no sirvieron de mucho pues volvían con el mismo discurso y el propósito de embarrar la cancha y hablar de pecados.> > Es que hay toda una izquierda que no la va con las matemáticas. Saben bien que dos más dos es cuatro, pero no lo soportan. Peor aún, lo niegan y no les importa. De ahí que señalan pecados, en el caso inexistente, obviando los pecadillos, por centenas de miles de dólares, cometidos en los pasados 15 años y los lodazales de esas épocas.> > El problema es la unidad, que está muy malherida y con un tormentoso horizonte: un presidente al que no quieren pero se mantiene porque no tienen a quién poner ni tampoco lo pueden sustituir por un cuerpo colegiado en el que si están todos los grupos, unos treinta, más las bases, llegaría a la centena. Y el congreso de fin de año: flor de choclo, un hueso muy duro de pelar.> > Es necesario entonces recurrir a los eslóganes e ir a la pelea, por la pelea misma. Usar los mecanismos que han servido en el pasado: "lo peor es lo mejor". Ejercitar la militancia y confundir y distraer a la gente. Alfie, la LUC, la recolección de firmas, el referéndum, la pandemia, el número de contagiados y el Pit-Cnt en...

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