La paradoja de lo pre-delictivo

Me encontré sorpresivamente con la expresión “pre-delictivo”, le seguí el rastro y llegué hasta el código de Justiniano (529, 534) y su máxima: “Princeps legibus solutus est” (el príncipe no está obligado a las leyes). Uno de los ejemplos, seguramente más celebres, de esa justificación jurídica es la “Lettre de Cachet” que para Michelet representaba “la esencia y la vida misma del Antiguo Régimen” y la mecha de la Revolución.Originalmente se trataba de órdenes de prisión destinadas a quienes eran considerados como peligrosos para la seguridad del reino. Más tarde los particulares también pudieron elevar pedidos de “lettre de cachet”. Voltaire, entre otros célebres escritores, las sufrió pero también las pidió para una vecina incómoda. La monarquía española utilizaba el mismo procedimiento con el nombre de Orden reservada. Ambos tienen en común que el Estado se salteaba los procedimientos judiciales y la persona quedaba en una condición que con frecuencia era semejante al detenido desaparecido de las dictaduras contemporáneas.El concepto de peligrosidad se mantuvo aun en los regimenes liberales mediante las leyes de “vagos y malentretenidos”, utilizadas tanto en Europa como en Iberoamérica durante los siglos XIX y XX. Las teorías de la Escuela positiva o positivismo criminológico italiano fueron su sustento teórico.Los vagos eran individuos “que sin tener una propiedad, profesión, arte u oficio de que vivir honradamente, tampoco se hallen conchabados…” mientas que los malentretenidos agregaban a su peligrosidad el hecho de “frecuentar los cafés, las tabernas, y los lugares sospechosos, contrayéndose únicamente al juego, a la bebida y a otros actos de disipación y mala vida.” Los vagos y malentretenidos solían ser, sin orden de juez alguno, material para la leva forzosa de los ejércitos. El dictador Latorre la utilizó para enviar vagos, malentretenidos y por supuesto adversarios políticos a picar piedras o a la Escuela de Artes y Oficios.Modernamente el problema del discutidoestado peligroso toma dos caminos: uno cuando la ley prevé estas formas de conducta y pasan por las instancias judiciales, en sociedades democráticas. En el Uruguay como en muchos países aun existe laley de Vagancia, Mendicidad y Estados Afines (10.071, del año 1941) aplicada durante el verano de 2009 por una jueza del departamento Maldonado. Por otro lado bajo regimenes totalitarios o meramente autoritarios es una herramienta preciosa contra los disidentes políticos o los...

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