Una extraña pareja con humor excéntrico

John Turturro dirige a Woody Allen y otros famosos en el film que llega el próximo jueves.Pregúntenle a John Turturro por su nueva película, "Casi un gigolo", y responderá excitado hablando sobre las películas callejeras como "La vida de Oharu" y "Perdidos en la noche" que lo inspiraron.También les hablará de los cuentos de Isaac Bashevis Singer que lo ayudaron a establecer el tono; y de cineastas como Michael Cimino, Spike Lee y los hermanos Coen, que impulsaron su propio estilo como director.También les dirá que es una especie de comedia. Y si lo presionan, Turturro, que escribió, dirigió y protagoniza Casi un gigolo, reconocerá que hay tal vez algo divertido en el hecho de hacer que él mismo interprete el dínamo sexual del título. Y que naturalmente, darle a Woody Allen el papel de un proxeneta (y un proxeneta llamado Dan Bongo, nada menos) fue, digámoslo así, una elección inusual. Y está también ahí el hecho inevitable de que el argumento del film gira en torno a un trío amoroso, que se plantea en la primera escena.Sentado en una salita de su apartamento, Turturro, 57 años, describe con cierto remordimiento el tiempo de conversaciones que tuvo mientras buscaba financiación para Casi un gigolo."Ellos decían: `Bueno, es sobre un ménage á trois.` Y yo decía: `De acuerdo, esa es la idea. Por ahí empieza", recuerda Turturro riendo.Así es, efectivamene, como Casi un gigolo empieza, pero la película, su quinto esfuerzo como director, dista de ser pornográfica. En realidad es una excéntrica comedia romántica, farsesca, nostálgica e incluso un poco inocente. Trata acerca de una extraña pareja (el Fioravante de Turturro, un florista desempleado convertido en profesional del sexo, y el Murray de Allen, alias Bongo, un vendedor de libros convertido en proxeneta), que unen fuerzas para proporcionar, no en forma gratuita, confort para damas solitarias.Turturro deliberadamente eligió actores de entre cuarenta y cincuenta años (Sharon Stone, Sofia Vergara, Liev Schreiber, Vanessa Paradis), y el argumento de la película lidia con el tipo de temas adultos que por lo general no se muestran en la pantalla: matrimonios sin amor, viudas doloridas, empresarios en crisis. Es una película modesta, el resultado de una rara ocurrencia: la reunión de un grupo de gente de alto poder para hacer algo de relativamente bajo perfil.Para Allen, de 78 años, Casi un gigolo presentaba la oportunidad de actuar en una película que no fuera suya. "He recibido muy, muy, muy pocas ofertas en...

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