Peligroso descalabro

Mientras Cristina Fernández, quien ha dejado atrás el luto riguroso para lucir toda de blanco, y su nuevo Jefe de Gabinete buscan transmitir un nuevo clima de distensión, inclusive ahora se les habla a los periodistas, el estallido social ocurrido en Córdoba es la otra cara de la moneda. La tumultuosa provincia del "Cordobazo" se convirtió esta semana en el epítome de la crispación y de un peligroso desfiladero hacia la anarquía. Reflejo de un deterioro cultural creciente, que se observa a distintos niveles. Hijo de la impunidad del delincuente, de la impotencia de los ciudadanos, de la desaparición del respeto por la propiedad privada y por los individuos, frutos de un gobierno que transmite antivalores.Que destila una corrupción que drena desde los más altos niveles, con funcionarios que engrosan sus fortunas de manera indecente, de la Presidencia hacia abajo, y donde se ha fomentado también a partir del gobierno, el enfrentamiento y el matonismo. Las redes sociales, los nuevos vehículos para la agitación, trasuntan una profunda pérdida del sentido del bien y del mal y una pulverización de los valores que hablan de una creciente desintegración social, donde no faltan ni el chauvinismo ni la violencia.Así es que los vándalos empezaron a ofrecer a la venta, por medio de sus páginas en Facebook, la mercadería robada en su poder. A la vez de incitar al odio racial y llamar a saquear con fecha y hora prevista, los negocios de los chinos " que les quitan el trabajo a los argentinos". Entre otras lindezas se podía leer, " Hola gente, se viene la fiesta… y vamos a sakear a los chinos…haci para el 24 lo pasamos muy bien…" Pero no todos los que atropellaron e hicieron destrozos en más de 1000 tiendas, parecían formar parte de bandas delictivas, sino que mucha era gente común que se dejaba llevar por sus peores instintos, como animales soltados de la correa o escapados de una jaula. Perdieron el sentido de los límites que ordenan a los seres humanos para vivir civilizadamente.En esas aguas procelosas se mezclan tanto el descontento de las personas que ven cómo su sueldo cada vez les alcanza menos, devorado por...

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