Pinta mundial: la mejor cara de Uruguay

Fue el partido de las señales. Y, también, el de las evocaciones. Fue el partido de las confirmaciones. Y, por cierto, el de las satisfacciones.Valió la pena cruzar la mitad del mundo, para algunos, o perderse horas para arreglar situaciones personales -contratos, etc.- para otros. Fue el reencuentro de la Celeste. Fue el día (o noche japonesa) de la reaparición futbolística de Diego Forlán. El del regreso al máximo esplendor de Luis Suárez.Fue el partido de la demostración cabal que el cambio deportivo se logró. Que el equipo recuperó la identidad que se había ido esfumando en el oscuro pasaje de las Eliminatorias, en esos momentos que se perdieron las reservas de puntos. Volvió a ser Uruguay, y eso que se tomaba a los jugadores saliendo de la pretemporada o moviéndose a los tumbos porque hay diferencias con sus instituciones o todavía no consiguieron afincarse en el club que desean.Uruguay jugó a lo Uruguay. Como en Sudáfrica 2010, como en la Copa América 2011 y como también lo había hecho desde Puerto Ordaz en adelante, cuando se superó a Venezuela para empezar a recuperar el terreno perdido.Y lo bueno de todo esto es que Uruguay se plantó en gran forma contra un equipo que maneja bien el balón. Que toca. Que cambia de ritmo cuando ataca y con una aceleración que supo poner en aprietos a Italia en la Copa de las Confederaciones.Peleándole la posesión, admistrándolo con singular efectividad desde los pies de Walter Gargano y Nicolás Lodeiro, la Celeste de Tabárez jugó ante Japón un partido entusiasmante. Sobre todo porque el mundo -especialmente en los alrededores de Lima- comprobó que Uruguay recuperó su trabajo solidario, su consistencia en la zona media y a eso le agrega un potencial ofensivo que pocos combinados pueden jactarse de tener.Uruguay se lució a partir del momento que Lodeiro bajó, tocó, fue a buscar la devolución y la recibió nuevamente. Brilló desde el momento que Gargano metió el freno y cambió de frente. O desde la aparición de Forlán para darle mayor gestación a un ataque que empezó con Suárez solo arriba, pero que después vio como se sumaban muchos de sus compañeros.Uruguay fue prolijo. Agresivo en ataque, donde generó no menos de doce ocasiones de gol...

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