Un poder que no pudo

Muchas veces oí preguntar con preocupación, ansiosamente: ¿La situación del Uruguay, es buena? ¿Qué va a pasar? ¿Cómo ves el futuro? Hablan del Uruguay como si estuviera en el CTI. Muchos piensan que los campesinos chinos recientemente habilitados para comer, van a regresar a su dieta anterior. No hay peligro. El sistema chino no da un paso atrás; es leninista como poder ejecutor, pero neo-liberal para los negocios; por consiguiente su crecimiento está asegurado. Jiang Zemig escribió: “Las importaciones integran el costo-país y nuestro costo es sagrado, debe ser el menor posible”En consecuencia, China produce más barato y jamás deja de cumplir lo prometido, por eso vende más que nadie. > En cambio nosotros con un gobierno democrático semi-neo-liberal hemos conseguido ser modestamente, uno de los países más caros del mundo. Las mayores empresas del Uruguay son propiedad del Estado y por consiguiente funcionan con funcionarios. Fueron concebidas para dar ganancia y aliviar la carga tributaria y dan pérdidas colosales, amén de cobrar tarifas estrafalarias en uso de sus respectivos privilegios (precios de monopolio).> Miramos al país, cada día, sin saber hacia dónde vamos. Estamos en eso hace un siglo justo, desde la penúltima vez que se fundió el Banco de la República, en 1914, cuando matamos el patrón oro y estrenamos la inflación intermitente que ahora mismo nos castiga como un impuesto más, el más injusto, el que mortifica a los menos pudientes. No es común tener una relación tan íntima, con el riesgo de lo que vendrá. La reforma del Estado uruguayo ha sido intentada por los tres grandes partidos y todos los grandes hombres de nuestra política fracasaron en su intento. El desasosiego nacional es nuestro signo, los gobiernos pueden ser mejores o peores, las contingencias internacionales pueden ser favorables o adversas, pero el Estado sigue imperturbable, como el dinosaurio del cuento más corto del mundo:Se despertó y el dinosaurio seguía ahí. No vivimos mal, pero el asedio del futuro, hecho amenaza, nos complica la perspectiva. El Estado, paradoja asombrosa, es el enemigo de nuestra bonanza definitiva. > --¿Qué va a pasar? ¿Es viable, el Uruguay?> El mal presentimiento, la impotencia de arreglar la casa, es una derrota continua, larga y amarga. Hace veinte años, en 1994, publiqué un libro tituladoLa reforma inevitable. El Uruguay evitó esa reforma por unanimidad. Ese estudio mostraba qué era imposible reformar el Estado siendo conformista.Encontrar la...

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